LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

martes, 2 de noviembre de 2010

ESCRITA CON LA TINTA DEL DOLOR


Veía el dolor reflejado en sus ojos cuando nos invitó a sentarnos, y me estremecí.

Ellos no eran dioses.
Habían hecho lo imposible. La niña había luchado, pero...la naturaleza impone sus propias reglas, y...no podía ser.

No me la llevaría a casa, no conocería a sus hermanos, no la vería sonreir...

Ya lo ponía el cartel de la entrada: está prohibido soñar.

Viana

4 comentarios:

  1. Querido Marco.
    Hay momentos en que las palabras no pueden expresar lo que siento.
    Ahora son las lágrimas las que acompañan esta carta.

    Abrazos.

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  2. No sé si sirve, porque el dolor grande, el que nos toma irremediablemente todo el planeta en el que se mueven el cuerpo y el alma, el corazón y el sentimiento, sólo remite con el tiempo. Pero vaya para vos, Natalia, un abrazo largo y apretado.

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  3. solo puedo recoger tus lágrimas con mi emoción. Nada más se puede decir ante tanto dolor. ¡Todo mi cariño!

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  4. Claro, claro que sirve, querida Rafaela. Me refugio en ese abrazo.
    Gracias.

    Gracias, María Susana, recibo emocionada tu cariño.

    Abrazos.

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