LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

miércoles, 22 de enero de 2014

EL CORAZÓN SE ROMPE

Siempre recordarás la primera vez que se rompió tu corazón. Quizás aún puedas evocar dentro de la confusión y el revuelo de las imágenes que golpean tu subconsciente, aquella que causó tanto daño cuando tu vida aún carecía de los instrumentos de defensa para protegerte del desasosiego que causa ese primer amor.

Hubo otro instante único que no hay que recordarlo porque vive acuñado en ti. Aquella vez cuando el amor de tu vida tocó a la puerta sin ser correspondido o entendido. Aquella vez cuando el tiempo no fue suficiente para saborearlo todo y el verdadero amor se escurrió entre tus dedos como el agua mansa que desorienta los sentidos.

Entonces el corazón remendado volvió a romperse, esta vez para nunca más latir al compás de la confianza ciega o entregarse a la ilusión sin reparos. Se rompe pero siempre encuentra la manera de continuar su trayectoria; maltrecho, pero con la indescifrable convicción de que su tarea es mucho más digna y majestuosa porque el ser humano es más de lo que el entorno ofrece.

Así transitamos por la vida dispensando emociones, entre ellas, el amor. Este, que al parecer se alberga en cada latido de ese impredecible corazón que en su ilimitada capacidad persiste en llevarnos más allá del último suspiro.

Marco Antonio

domingo, 19 de enero de 2014

CIERRA LOS OJOS Y ABRE LA BOCA

Es verano en Argentina donde el sol no se apiada de la piel de los bañistas, pero es agradable tumbarse en la arena de una playa y olvidarse del mundo o merendar sobre la hierba verde en el campo y contemplar el paisaje idílico de la naturaleza. En España, para estos tiempos, somos gorriones sacudiéndonos las plumas para entrar en calor. El frío, la nieve y la falta de empleo está minando el árbol de la fortuna.

Se me antoja que así es la vida, unos gozan de la felicidad que visita sus casas mientras otros se ahogan en la amargura y la tristeza de la inesperada estancia de una desgracia que se instala en su mundo sin presentar tarjeta de visita. Qué desigual es este juego de naipes y que injusta fue la decisión de repartir al azar la gloria y el abismo en su momento.

Dije al azar, porque estoy convencido que no es del todo función de la inteligencia o el esfuerzo sobrehumano los que compran el bienestar y las comodidades que nos marcan como triunfadores. Es por otra vía, en la oscuridad de nuestro destino donde transita la penuria esperando que la casualidad le asigne el momento de interrumpir en nuestras vidas. A los que les llega ... les llega. A otros como si estuviesen vacunados contra las vicisitudes pasan por la vida sin escaldarse demasiado.

Hay que cerrar los ojos y abrir la boca, como decían nuestras madres y tomar la medicina que nos toca. Es el viaje que todos tenemos que recorrer y esa inevitable realidad nos proporciona un sentido de igualdad. Todos nos vamos y ni siquiera los recuerdos escapan con nosotros. Por aquí transitamos los más y los menos afortunados y claro, que no es parte de nuestro discurso entender el por qué del peregrinaje. La vida no es un secreto, es más como una estación espacial en un agujero de gusano.

Marco Antonio