LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

miércoles, 8 de septiembre de 2010

PREÁMBULO A LA TRAGEDIA


¿Quién es ése que se cruza en nuestro camino? Su aspecto no es necesariamente una prueba fehaciente que garantiza su estado emocional. Así no se puede precisar la estabilidad de una persona, aunque en el contacto fugaz y el breve examen visual, descubramos que en sus ojos lleva estampada la imagen de una tragedia personal.

Es un riesgo que confrontamos todos los días y bien sabemos que es una experiencia de la cual no podemos escapar. Compartimos la aventura con el desconocido, conscientes del peligro: No sabemos quién es ése que se acerca. Cada vez más nos sentimos vulnerables a la invasión de nuestro entorno personal, los mensajes alarmistas de los medios publicitarios ayudan mucho a fomentar esa intranquilidad. ¿En realidad, será necesario que nos atormenten con esos mensajes sensacionalístas?

Cada día los inestables pululan nuestra sociedad en mayor número y nos vamos dando cuenta de que no estaban tan aislados como pensábamos, más bien unidos en su demencia. Unos por algún descuido mórbido de la Madre Naturaleza, otros porque van fermentando el odio y la agresividad bajo el estandarte de un terrorismo ilógico y persistente. También se cruzan en nuestro camino los que asumen posturas de extremo salvajismo: los practicantes de la violencia doméstica. Sí, estamos al tanto de la catarsis emocional que da rienda suelta a la más cobarde y vergonzosa conducta en el ser humano: el abuso intencional y perverso hacia sus semejantes  y nos cagamos del miedo.

En este espacio de letras necesitamos confirmar que también existen seres como tú que se cruzarán en nuestro camino el día de mañana. Que descubriremos sin miedo, en ése breve cruce de miradas, quién eres y te alojaremos en nuestros corazones con la sonrisa sincera desprendiéndose de un rostro que inspira confianza. Será como un adagio de cordura, precursora al prodigio de ésa pasión que llevamos por dentro: Nuestro amor a la prosa y a la poesía.


Marco Antonio.