LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

martes, 21 de junio de 2011

NUESTRO DIALOGO



Contemplo el despertar de la naturaleza sentado sobre esta piedra al pie de un castaño que el abuelo de la madre de mi mujer sembró cuando era joven. Es una de esas mañanas para imaginar esperanzas azules, no hay una nube en el cielo ni pájaros vagabundos surcando la silenciosa inmensidad. El único sonido que perturba la paz es el de mi corazón trabajando a marcha forzada para que tú continúes moviendo los hilos que me llevan a través del tiempo, como mariposa que aletea sus páginas de colores en lo que debo suponer son los capítulos de mi vida.

Estoy convencido de que todos vivimos momentos como estos. Nos encontramos solos, ajenos a todo lo que nos rodea y eternizando el instante comenzamos a dialogar con la vida desprendidos de la realidad. Navegar en ese plano al que pocas veces nos remontamos, nos asusta un poco. Pensamos que algo de demencia se alberga en la oscuridad de nuestra materia gris o que quizás estemos perdiendo el sentido común que nos ata a las cosas terrenales. ¿Cómo es posible que nos atrevamos a entablar un diálogo con la vida? Pese a lo lúdico de la circunstancia, lo intentamos.

Sentado en esta piedra, refugiado bajo el castaño, disfruto del paisaje de montañas y prados, de los primeros brotes del maíz que rompe de la tierra escondida entre los pinares y del embalse allá abajo en los más oscuro del valle. Pienso en los caminantes que convivieron sus días con sus noches en este estrecho margen compartiendo contigo. Pienso en el recorrido por la vida para luego marcharse sin dejar una huella en el tiempo ni una piedra en el camino. No quedaron muchos recuerdos de sus hazañas ni de sus derrotas mientras tú, inmutable como siempre, te alargas o te estrechas al compás del universo sin darnos suficiente tiempo para entender si existe una verdad, una razón para que podamos entender esta marcha; algo con suficiente sustancia para defender nuestro apetito por la vida.

Marco Antonio