EN UNA GOTA DE AGUA…
Una gota de agua lleva encerrada en la transparencia de su frágil nimiedad la suma de todo lo que somos, tu vida y la mía según se va deslizando hacia el infinito de nuestro tiempo. También las de aquellos que ya desocuparon este espacio, ahora nuestro, exhaustos de energía.
Una gota de agua formó parte del primer océano cuyas olas dividieron los continentes y separaron las especies en la prehistoria de la humanidad. Fue parte de la lluvia que golpeó a los hombres de la edad de piedra y a los que empuñaron el acero afilado una y otra vez, para transformar nuestra efímera trayectoria evolucionaria creando las estructuras sociales que reglamentan nuestra conducta.
Una gota de agua guarda en su configuración molecular nuestros logros y quebrantos. En ella se aloja el esquema de visiones con sabores dulces que produce el estado de euforia cuando vivimos momentos especiales, también los salobres en momentos trágicos cuando las gotas de agua se convierten en lágrimas amargas. El mar produce tranquilidad y las gotas de agua convertidas en lluvia nos llenan de tristeza y añoranza.
Deja que el viento y la brizna húmeda del mar despierten lo mejor de ti y si llorar alivia, deja escapar tu llanto para lavarlo con la frescura de las gotas de agua de mar. Hablamos un idioma común, sentimos la pena que es de todos y la felicidad que no es de nadie. Todo pero todo está escondido en las gotas del agua que se perpetúa desde un principio para darnos el sentido de que nunca estaremos solos porque como las abejas y las hormigas compartimos el instinto colectivo que, si bien lo piensas, es nuestra alma.
Como cualquier otro, sé odiar y sentir el fragor del fuego incontrolado, pero aprendí a amar sin ejercer mi voluntad en el seno maternal que me trajo al mundo, en el fluido amniótico que pidió prestada a la naturaleza las gotas de agua que nutrieron mis primeros pensamientos. No concibo la autodestrucción de nuestros principios ni nuestros sueños. ¿Has olvidado lo que cada uno de nosotros representa? No hay pena que no sea parte de ti, no hay amor que no haya despertado en lo más recóndito de tu ser.
Marco Antonio