
Siempre me quedo con la sensación de que en su vertiginoso paso, el tiempo me arrebata las experiencias vividas. Nunca alcanzo a esconderlas como testimonios a la razón de por qué existo. Es como un ladrón que nos va desgarrando las tripas. Su marcha inexorable deshilvana las hebras del futuro y con el parpadear de las horas, fibra a fibra desaparecemos arrastrados por las aspas de su magnifico reloj. A veces quedan los retazos entrañables de lo mal vivido conservado en la hiel amarga de la memoria.
Sabrás que los sentidos aborrecen en silencio el transcurso del tiempo. Lo aborrecen desesperadamente, no sólo porque es un ladrón, sino también por ser causante y cómplice del nunca jamás. El instante vivido se escapa antes de que te enteres de sus consecuencias. El ahora no es una realidad hasta que el tiempo te permita examinar sus irreversibles consecuencias; para entonces ya forma parte de tu pasado. Somos supervivientes del instante para vivir otro mañana sin entender si hemos asimilado del todo lo que pasó ayer.
Mis sentidos me dicen que existo porque la lluvia se desprende, me toca y descubro un cielo azul de alas azotando el espacio que se pierde tras los bordes de mis ojos. Entonces desde las profundidades de mis pulmones un olor a hierba húmeda me habla verde. Creo saber lo que soy, aunque el tiempo esté disolviendo mi presencia entre las aspas de ese reloj. Lo dado por lo vivido, pero en el contexto de tiempo, eso es todo lo que somos – ¿O no?
Marco Antonio
Querido Marco, es una excelente reflexión.
ResponderEliminarLa leo varias veces, te siento enemistado con el tiempo. A mí, en cambio, me atrae. El discurrir del tiempo me trae experiencias nuevas, cartas nuevas, sentimientos aún por descubrir...
Besos permanentes.
no creo que seamos solo eso. el tiempo es implacable amigo, nada podemos hacer para detenerlo o para hacer que vuelva sobre sus pasos. Po ende debemos aceptarlo como es, debemos vernos al espejo y "ver que somos aún los jóvenes de ayer" aunque el nos muestre otra cosa. En solo 2 días cumpliré años, el tiempo ha pasado, pero retengo en mi alma el deseo el amor casi de juventud que alimenta mis sueños. Me gustó tu carta, cada uno asimila el paso del tiempo de muy diferente forma. Cariños
ResponderEliminarGracias!!
ResponderEliminarEl Aroma Del Viento
ResponderEliminarHuelen a viento los amaneceres marinos de mi tierra,
Apagan las luces de la alborada
Los faros de las escolleras;
Mientras la mar se desangra
Contra las piedras, escupiéndole
A la tierra
Su savia, su sangre,
Su alma.
¡Sople viento del norte!
Desgarra la calima,
Que oculta las faltas
Del mar,
Y de los hombres.
Revuelve las aguas
Aparta las naves de la costa
Con sus trapos henchidos;
Que como las camisas blancas
De los domingos,
Se mancharon para siempre
Del pecado
De un pueblo entero.
Que no respetaron a sus hermanos
Que no tenían cabeza,
Que su cerebro
Fue la paja del sombrero
Marco Antono responde
ResponderEliminarNunca podré entender al que puede escribir algo tan triste con tanta belleza y en el proceso, olvidar su nombre. Ya sea esto, intencional o por el simple miedo de volar con las alas frágiles e inseguras.