LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

viernes, 25 de noviembre de 2011

EL MOMENTO PRECISO

Hay quienes llegaron a amar ciegamente por estar en el momento preciso en el lugar predestinado. Hay otros que nunca llegaron a tener esa suerte, pero también quisieron con el alma y el instinto que controla nuestro génesis biológico. Aún así, quedaron muchos otros a quienes la naturaleza no les concedió esa capacidad, para ellos, el proceso de coexistencia les pareció desproporcionadamente lento, árido y agobiante.

El amor no parece ser parte de una fórmula que recorre nuestro ADN, no en todos los seres humanos. Algunos tenemos la suerte de cerrar los ojos al final de nuestras vidas llevando una imperceptible sonrisa en los labios, como si en ese instante recordáramos lo dulce que fue el recorrido en compañía de la persona que se cruzó en nuestro camino en el momento preciso y en el lugar predestinado.

Ser poseedor de la capacidad para amar, tener la valentía para entregarlo todo y vivir la sorpresa de cada día con quién elegimos para toda la vida, es la esencia de este viaje. El proceso de principio a fin no es un diseño anticipado, es una caja de Pandora. A veces un cielo azul, otras un turbulento mar que amenaza tragarse tus sueños.

Quien carece de estas cualidades, por lo general es un ser oscuro, porque sin la capacidad para amar no se puede ser dulce, ni sincero ni fiel. La infelicidad fermenta en aquellos que carecen de ella, se vive en un mundo que va marchitando, en una relación anímica que no soporta las dificultades y desnaturaliza los fundamentos a los que deberían aferrarse para sobrellevarla.

Si germina el amor dentro de ti, déjalo tomar forma, permite que comience o que continúe su tarea. Hay que intentar a toda costa hacer de la vida un triunfo, hay que encontrar el momento preciso en el lugar predestinado.

Marco Antonio