LA ALEGRÍA DE VIVIR
Me pregunto si esta mañana cuando te miraste en el espejo descubriste en tus ojos la alegría de vivir. Me pregunto si al seguir la línea de tus labios ya sabías de antemano que te estaba esperando esa tendencia a sonreírte a ti misma cuando recuerdas las experiencias que reverdecen en tu corazón.
Es maravilloso sentirse feliz ante el espejo y soñar que el resto de tu vida pudiese ser así, como el reflejo de un camino que comienza y termina con tu determinación de ser tal como eres sin mover un árbol o una piedra del paisaje. No siempre contemplamos el reflejo de nuestras pupilas en ese espejo para celebrar el acontecimiento de que somos parte de un mundo feliz, porque sabemos que no es la realidad.
Me pregunto cómo, desde este infinitésimo rincón que cada uno de nosotros ocupamos, podríamos de alguna manera alterar las consecuencias del inexorable paso del tiempo. Cómo se desvía el curso de un río que por su naturaleza se pierde en el mar para conseguir que su cauce reviva la tierra árida, el árbol seco, la esperanza perdida o el reflejo de un rostro triste en un espejo roto.
Qué milagro se necesita para alimentar a los que sin pedir que les trajeran al mundo, se mueren de hambre sin saber por qué. Quién será el primer valiente que se despoje de su arma con la esperanza de que su acto inspire a otro y a otro más. Cuál será el primer país que descubra la fórmula para erradicar la terrible enfermedad de la codicia y la insensibilidad. Qué tenemos que hacer para volver a mirarnos en el espejo y ver reflejados en nuestros rostros vestigios de esa felicidad que resurge de la esperanza. Cómo curar la apatía y remendar la confianza de un mundo cuya indiferencia es muda a la promesa.
Quizás si cambiáramos de espejo y sólo permitiéramos el reflejo de los sueños y las ilusiones, entonces volveríamos a sentir un sentimiento espontáneo. Algo así como la alegría de vivir.
Marco Antonio
Me pregunto si esta mañana cuando te miraste en el espejo descubriste en tus ojos la alegría de vivir. Me pregunto si al seguir la línea de tus labios ya sabías de antemano que te estaba esperando esa tendencia a sonreírte a ti misma cuando recuerdas las experiencias que reverdecen en tu corazón.
Es maravilloso sentirse feliz ante el espejo y soñar que el resto de tu vida pudiese ser así, como el reflejo de un camino que comienza y termina con tu determinación de ser tal como eres sin mover un árbol o una piedra del paisaje. No siempre contemplamos el reflejo de nuestras pupilas en ese espejo para celebrar el acontecimiento de que somos parte de un mundo feliz, porque sabemos que no es la realidad.
Me pregunto cómo, desde este infinitésimo rincón que cada uno de nosotros ocupamos, podríamos de alguna manera alterar las consecuencias del inexorable paso del tiempo. Cómo se desvía el curso de un río que por su naturaleza se pierde en el mar para conseguir que su cauce reviva la tierra árida, el árbol seco, la esperanza perdida o el reflejo de un rostro triste en un espejo roto.
Qué milagro se necesita para alimentar a los que sin pedir que les trajeran al mundo, se mueren de hambre sin saber por qué. Quién será el primer valiente que se despoje de su arma con la esperanza de que su acto inspire a otro y a otro más. Cuál será el primer país que descubra la fórmula para erradicar la terrible enfermedad de la codicia y la insensibilidad. Qué tenemos que hacer para volver a mirarnos en el espejo y ver reflejados en nuestros rostros vestigios de esa felicidad que resurge de la esperanza. Cómo curar la apatía y remendar la confianza de un mundo cuya indiferencia es muda a la promesa.
Quizás si cambiáramos de espejo y sólo permitiéramos el reflejo de los sueños y las ilusiones, entonces volveríamos a sentir un sentimiento espontáneo. Algo así como la alegría de vivir.
Marco Antonio