LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

viernes, 18 de diciembre de 2015

CARTA A LA VIDA - AÑO 2015



Cabalgamos hacia el final de este año con tal precipitación que en realidad no prestamos atención a la descabellada situación que estamos viviendo. Nos tragamos el otoño de un bocado sin enterarnos que la ropa de invierno aún sigue encerrada en el baúl.

Aquí en España para este tiempo es incoherente chapotear en la playa con una protección solar del cien cubriéndote hasta el borde de las nalgas mientras que El Presidente Obama habla en la televisión del cambio climático y en el Ártico los huevos de los pingüinos se están ahogando en el hielo que se derrite.

Este final de año, en el mundo que nos ha tocado convivir parece que el odio ha crecido más que en otros periodos de la historia; no se escribe mucha poesía, ni se cantan villancicos en los centros comerciales o en las escuelas públicas. Dejamos de apreciar el valor de la vida y optamos por inmolarnos en actos demenciales a plena vista de las audiencias televisivas volando en mil pedazos junto con las guirnaldas y los árboles de navidad.

Sí... La vida va al galope y a la Fe le ha crecido una barba desaliñada por el poco uso que le damos, mientras que al miedo le florecen nuevos cuernos.

Estoy comprometido con esta vida que me apresura por el incierto camino que dibuja mi estancia y le juro que voy a aprender a amarlo todo: al arrogante que desfigura la verdad, al que vive de la caridad y su corazón da las gracias mil veces al día, a los buenos y a los no tan buenos que se ahogan en el aire que respiran sin saber por qué. Esta vida no les satisface y la confianza dejó de funcionarles desde un principio.

Voy a luchar con el corazón que me queda, con la sonrisa que nunca me falta y con la templanza que no me permite contemplar defectos ajenos. Los invito.



Marco Antonio