LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

martes, 21 de agosto de 2012

LA VENTANA ABIERTA

Dejas una ventana abierta y las páginas del libro de tu vida corren borrosas arrastradas por el tiempo. Mirarnos al ombligo no es una buena costumbre, es algo que aprendimos en el principio cuando teníamos una eternidad por delante, ahora cada segundo hay que saborearlo y nos inclinamos por dejar nuestras huellas en todo lo que hacemos como testimonios de nuestra férrea voluntad.

Tenemos que besar más, abrazar como si quisiéramos dejar algo de nosotros en ese contacto tan personal, contar nuestros sueños y desvelar nuestras dudas a todos los que se han instalado en nuestro camino. Tenemos que vivir porque ése es el propósito y no hay otro, vivir para hacer constar de que formamos parte de un collar infinito cuyo comienzo ya olvidado nos define; entonces y ahora.

Sé que con la ventana abierta y estas páginas borrosas que se desdoblan, no es el momento para apreciarme el ombligo. En estos tiempos debemos enderezar la espina dorsal, esos que podemos, porque cada amanecer es un lujo que no se puede desperdiciar. Escribe una carta, un poema, una canción, acaricia a una persona mayor e invéntate un cuento que deje boquiabierto a un niño. Te aseguro que te sentirás inmenso de corazón y que las páginas de tu existencia irán tan cargadas de vivencias que el tiempo tendrá dificultad al pasarlas. Yo también te quiero. Marco Antonio