LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

miércoles, 15 de diciembre de 2010

UN AÑO MÁS





¿Vamos a terminarlo verdad? Éste, como todos los otros, se suma al caleidoscopio por donde traspasa mi luz fragmentando el instante sin dejar huellas. Un año más, al menos un espacio ya vivido, ya ocupado que queda en la memoria. Otro cúmulo de decisiones y consecuencias que se suman a todas esas vivencias pasadas que van deformando la inocencia hasta convertirla en esto: lo que soy.
Por eso te escribo y continuaré insistiendo en hacerlo hasta que se produzca la brecha final en mi razón de ser. Me consume el espectáculo de ver el tiempo pasar y mi impotencia es como una sentencia forzada a observar cómo se despedaza la ilusión; ese secreto tan bien guardado que nos hace imaginar lo que no somos: omnipotentes. Mi intranquilidad te señala culpable y siento que me debes todo lo que ya he vivido ¿O es que no sabes que tu constancia es mi peor enemigo? Nunca me has permitido completar lo que quedó sin hacer y por falta de tiempo no he amado lo suficiente, ni he odiado con verdadera pasión. Me confunde tu propósito ¿Hasta qué infinito me arrastra tu persistencia? Sospecho que me abandonarás en el portal de la espera ataviado en mi traje de luces como a todos los que consumieron su tiempo. Sospecho que no importaran las preguntas porque no habrá respuestas, ni propósitos ni significados. Entender lo que es ser nada está fuera de mi alcance, pero puedo aceptar ahora que aún soy una madeja de incongruencias y complejos esa idea. Como también es posible que en el concepto del tiempo, la vida se nutra de la nada y que nos encontremos atrapados en la paradoja de un círculo vicioso.

Marco Antonio