LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

jueves, 2 de diciembre de 2010

QUIERO CREER EN TÍ




Hoy cayeron los primeros copos de nieve en Oviedo y los que golpearon en mi ventana se convirtieron en lágrimas; entonces pensé en ti. Siempre has estado ahí, pero no siempre has compartido la soledad ni la tristeza que tan mal repartidas van por el mundo. Si pudiera descubrir tus secretos, sabría cómo llevarte mejor y cómo burlar tu crueldad. Sin lugar a dudas, repartiría con ecuanimidad la riqueza y la buenaventura que tan malamente vas dispensando al demoledor paso conque disuelves las horas, los días y los años.
¿Por qué no se puede respirar la felicidad, ni la serenidad encuentra alojamiento dentro de nuestras almas? Todos quisiéramos comprender mejor las desgracias que nos adjudicas. Si verdaderamente somos la única razón y tú el único camino, entonces careces de sensibilidad y eres imperfecta. Aún así, quiero amarte, es necesario, si no: ¿Cuál es el propósito de esta aventura?
Convierte éstas lágrimas que ahora ruedan por el cristal de mi ventana en estrellitas de luz y en esperanzas. Déjame continuar siendo parte del milagro que puebla nuestro universo y haz que en mi corazón germine la fe; sí, la fe que necesito para creer en ti, pero para creer ciegamente. Así nunca más me enfermará la duda y aquellos que me rodean me harán digno de esta comunión entre los seres de buena voluntad.

Marco Antonio