No es vivir la virtud que mueve este planeta. Es cómo lo hacemos cada día entre el amanecer y el crepúsculo, con qué ojos miramos por las ventanas de nuestra existencia y de qué color percibimos el entorno que nos rodea. Somos supervivientes de una especie que por la prehistórica crudeza de la naturaleza nunca debería haber llegado hasta aquí, pero ya ves, frágiles, crueles e imperfectos, hasta aquí hemos llegado y tú y yo somos la prueba fehaciente de que la esperanza existe y de que la Fe mueve montañas.
Es una nueva hora en este calendario y cada paso que damos es crucial para fortalecer nuestra autoestima y la certeza de que sí somos buenas personas. Pon tu mano sobre el corazón y sentirás la tremenda faena que se está llevando a cabo dentro de ti para que puedas dar un paso más, para que tomes una nueva decisión y que en efecto, tu vida mantenga dirección y sentido.
Es un camino donde no se mide la distancia pero sí nuestras capacidades para cambiar, convencer, amar y ser amados.
Marco Antonio