Nadie sospecha la posibilidad de que aún estemos en proceso de evolución, de infinitesimal alteraciones biológicas, de metamorfosis. Cambios ecológicos sacuden el planeta y nuestra fe espiritual resbala sobre una superficie de dudas mientras el balance étnico del mundo civilizado se va transformando de modo irreversible.Es una propuesta de magnitudes dramáticas. Me pregunto si todo esto forma parte de nuestra genética o simplemente estamos mutando sin apenas ser consecuentes de lo que está sucediendo.
Aceptamos los actos de violencia con la naturalidad de un suceso cotidiano, el subterfugio político como parte del código legal y por costumbre,lo debatimos todo durante la cena o sobre la copa de vino que compartimos con desconocidos en la taberna de la esquina. ¿Me pregunto si en realidad nos merecemos el escenario del que formamos parte o simplemente estamos esperando a que suenen las campanas de la iglesia mientras descuelgan nuestro féretro hacia la tenebrosa oscuridad de la fosa que siempre estuvo ahí, para nosotros.
Marco Antonio