ME ASUSTAS
Me asusta saber que en este mundo respiran
almas como la tuya, mentes que desprenden luces
y palabras de fuego para vivir de sueños inquietos
que en las pausas de tranquilidad espiritual
llegan a habitar la soledad de sus cielos.
Me asusta saber que te he conocido sentenciado
a no mirarme en tus ojos, ni oír el timbre de tu voz.
No sé como cubrir la distancia hasta tus manos,
sentir la textura de tu cabello.
Pensar en el calzado que cubre tus pies,
en el collar que adorna tu cuello,
en el cinturón que ciñe tu cintura.
Me asusta saber que he de perderte a destiempo,
en un día de lluvia o de sol, sin poder hacer nada
para evitar el silencio de tu ausencia.
Sé que respiraré tu recuerdo en habitaciones vacías
como se aspira el perfume de viejos espejismos.
Me asusta saber que no nos sobra el tiempo.
Cuando tiembla la mano o se opaca la voz,
aún nos queda esa inquieta costumbre
de inventarnos los versos y las frases de amor.
Marco Antonio
Me asusta saber que en este mundo respiran
almas como la tuya, mentes que desprenden luces
y palabras de fuego para vivir de sueños inquietos
que en las pausas de tranquilidad espiritual
llegan a habitar la soledad de sus cielos.
Me asusta saber que te he conocido sentenciado
a no mirarme en tus ojos, ni oír el timbre de tu voz.
No sé como cubrir la distancia hasta tus manos,
sentir la textura de tu cabello.
Pensar en el calzado que cubre tus pies,
en el collar que adorna tu cuello,
en el cinturón que ciñe tu cintura.
Me asusta saber que he de perderte a destiempo,
en un día de lluvia o de sol, sin poder hacer nada
para evitar el silencio de tu ausencia.
Sé que respiraré tu recuerdo en habitaciones vacías
como se aspira el perfume de viejos espejismos.
Me asusta saber que no nos sobra el tiempo.
Cuando tiembla la mano o se opaca la voz,
aún nos queda esa inquieta costumbre
de inventarnos los versos y las frases de amor.
Marco Antonio