LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

viernes, 31 de diciembre de 2010

CUANDO EL AMOR SE AUSENTA




Cuántas veces las circunstancias de la vida provocaron ese vacío emocional que siempre queda cuando se ausenta el amor. Como quizás les ocurre a los arboles en invierno cuando sus hojas se marchitan, se desprenden y se pierden en el tiempo. ¿Me pregunto si sentirán el dolor del abandono o si quedará en ellos alguna señal de la angustia y el desamor? Posiblemente no, porque el enajenamiento es propiedad nuestra, es una manera de morir, pero no del todo. Cuando en el campanario del corazón dejan de tañer las campanas, quedan los puñales del recuerdo y en la caja de Pandora nos aguarda la determinación para volver a llenar ése vacío emocional con nuestra capacidad para amar y amar otra vez.
Entonces, en algún recodo de nuestra existencia nos cegará una luz y se detendrá el tiempo y ese amor que siempre ha estado ahí esperando su momento, inundará todos los espacios, todos los vacíos y como la miel que se escurre sobre la corteza de ciertos arboles nos sanará las heridas. La vida volverá a permitirnos ejercer el sentido de pertenencia, amaremos sin prejuicios y nos dejaremos amar sin que nos consuma la duda y el temor.

Marco Antonio

jueves, 30 de diciembre de 2010

TUS MANOS




Ahora que estás aquí, mira tus manos. Sí, mírate las manos como si acabaras de revelar un secreto que llevabas guardado dentro de ti desde que descubriste la noción del tiempo. Fueron ellas las primeras en establecer contacto, las primeras en comunicarse con el mundo antes que despertaran tus otros sentidos, un instinto ancestral que no necesitaba ser descifrado porque sin entenderlo sabías que todo había cambiado, que tu vida iniciaba su marcha y que no, no estabas solo. Esas manos a las que nunca has prestado gran atención intentaron entonces palpar la luz para explorar el espacio donde se desarrollaría el drama infinito de tu existencia. Fueron ellas las primeras en conocer a tus progenitores, las mismas que acariciaron tu primera ilusión y las que se entrelazaron en compromiso con otro ser humano para toda esta vida y quizás la otra. Tus manos se transformaron en puños cuando te cegó la rabia pero también enjugaron lágrimas, trenzaron abrazos y clamaron al cielo por los que ya no están contigo. Tus manos eligieron las flores que adornan los sepulcros y encarcelaron los recuerdos que ahora yacen en el polvo de la tierra. Míralas una vez más pero con otros ojos, úsalas para tus mejores propósitos porque siempre te han servido, a veces como escudos, otras para estrechar los lazos afectivos que moldean nuestro carácter en el recorrido por la vida.


Marco Antonio

lunes, 27 de diciembre de 2010

LA ARRUGA




Te miras en el espejo mientras cepillas tus dientes y te haces mil preguntas. ¿Es natural que esta rutina se convierta en el drama que descubre cada mañana algo diferente, algo que no estaba ahí la última vez que coincidimos con nuestro reflejo? No sé por qué, pero siempre intentamos encontrar la respuesta traspasando las pupilas de ese reflejo que en cadencia se cepilla sus dientes y a la vez, nos hace sentir intimidados y culpables.
No necesitamos respuestas. ¿Quién no sabe que estamos en constante movimiento prisioneros de un tiempo que avanza devorando nuestro futuro? ¿Que cada mañana nos encontraríamos frente al espejo sujetando el cepillo de dientes y que una y otra vez reflexionaríamos sobre los imperceptibles cambios para los que no hay respuestas, ni siquiera traslucidas en la profundidad de nuestras retinas? La realidad es que estamos retrocediendo. Somos como una hoja de papel en blanco que se va estrujando entre las manos de ese tiempo que no apuesta a nuestro favor.
Habrá que imaginarse niño y buscar las fantasías en algún recóndito lugar del alma sin reparar en los cambios en la corteza, sólo en las vivencias que moldearon nuestro inquebrantable carácter. Buscar y buscar allí en lo más profundo, en la esencia de lo que somos, donde la metamorfosis del tiempo no tenga efecto, donde el amor y la confianza prevalezcan sobre la oscuridad y la inconsciencia que ahora reina en este mundo.


Marco Antonio

sábado, 25 de diciembre de 2010

DÍAS FESTIVIOS


En días como hoy, los rostros que conoces salen a tu encuentro con el deseo y la necesidad de compartir la alegría de estos tiempos. Apetece abrazar y besar a los que casi nunca se prestan para ello y nos abandonamos al instinto natural de amarlo todo sin preámbulos ni razonamientos. Nos vamos de compras y gastamos la de dios porque necesitamos tocar la fibra de los nuestros para que florezcan las sonrisas. Suenan los teléfonos y oímos voces emocionadas que rompen el silencio perdido en el tiempo y fabricamos puentes para caminar distancias imaginarias y estrechar los lazos afectivos que nos unen. En estos días somos diferentes, pensamos más en los que comparten nuestro universo personal que en nosotros mismos y al doblar la última página de este año, nos comprometemos a hacerlo mejor porque estamos convencidos de que podemos ser más condescendiente, más humanos y sensibles a la desgracias de otros que la vida planta en nuestro camino.

Feliz año nuevo 2011

Marco Antonio

miércoles, 15 de diciembre de 2010

UN AÑO MÁS





¿Vamos a terminarlo verdad? Éste, como todos los otros, se suma al caleidoscopio por donde traspasa mi luz fragmentando el instante sin dejar huellas. Un año más, al menos un espacio ya vivido, ya ocupado que queda en la memoria. Otro cúmulo de decisiones y consecuencias que se suman a todas esas vivencias pasadas que van deformando la inocencia hasta convertirla en esto: lo que soy.
Por eso te escribo y continuaré insistiendo en hacerlo hasta que se produzca la brecha final en mi razón de ser. Me consume el espectáculo de ver el tiempo pasar y mi impotencia es como una sentencia forzada a observar cómo se despedaza la ilusión; ese secreto tan bien guardado que nos hace imaginar lo que no somos: omnipotentes. Mi intranquilidad te señala culpable y siento que me debes todo lo que ya he vivido ¿O es que no sabes que tu constancia es mi peor enemigo? Nunca me has permitido completar lo que quedó sin hacer y por falta de tiempo no he amado lo suficiente, ni he odiado con verdadera pasión. Me confunde tu propósito ¿Hasta qué infinito me arrastra tu persistencia? Sospecho que me abandonarás en el portal de la espera ataviado en mi traje de luces como a todos los que consumieron su tiempo. Sospecho que no importaran las preguntas porque no habrá respuestas, ni propósitos ni significados. Entender lo que es ser nada está fuera de mi alcance, pero puedo aceptar ahora que aún soy una madeja de incongruencias y complejos esa idea. Como también es posible que en el concepto del tiempo, la vida se nutra de la nada y que nos encontremos atrapados en la paradoja de un círculo vicioso.

Marco Antonio

jueves, 2 de diciembre de 2010

QUIERO CREER EN TÍ




Hoy cayeron los primeros copos de nieve en Oviedo y los que golpearon en mi ventana se convirtieron en lágrimas; entonces pensé en ti. Siempre has estado ahí, pero no siempre has compartido la soledad ni la tristeza que tan mal repartidas van por el mundo. Si pudiera descubrir tus secretos, sabría cómo llevarte mejor y cómo burlar tu crueldad. Sin lugar a dudas, repartiría con ecuanimidad la riqueza y la buenaventura que tan malamente vas dispensando al demoledor paso conque disuelves las horas, los días y los años.
¿Por qué no se puede respirar la felicidad, ni la serenidad encuentra alojamiento dentro de nuestras almas? Todos quisiéramos comprender mejor las desgracias que nos adjudicas. Si verdaderamente somos la única razón y tú el único camino, entonces careces de sensibilidad y eres imperfecta. Aún así, quiero amarte, es necesario, si no: ¿Cuál es el propósito de esta aventura?
Convierte éstas lágrimas que ahora ruedan por el cristal de mi ventana en estrellitas de luz y en esperanzas. Déjame continuar siendo parte del milagro que puebla nuestro universo y haz que en mi corazón germine la fe; sí, la fe que necesito para creer en ti, pero para creer ciegamente. Así nunca más me enfermará la duda y aquellos que me rodean me harán digno de esta comunión entre los seres de buena voluntad.

Marco Antonio

viernes, 26 de noviembre de 2010

LA MADRE DEL TIEMPO



Quiero escribirle a la madre del tiempo
para que mis palabras abrasen sus pupilas,
las tuyas y las mías, las de todos los otros
que ciegos de envidia marcharon a otra vida.
Confesaré los miedos que manchan mis espejos
y el pesar de saber que me arrastro en su aliento,
preguntaré por las horas perdidas en las sombras,
las que trajeron luz; a vuelta de inocencias.
Será una comunión de largas moralejas,
es mi carta de amor a una madre ramera
que a su paso despoja, desangra y desvalija,
sin prometer mañanas y sin menguar distancias.
Sólo me queda alma para surcar tu rumbo
y entregar esta carta ya marchita la rabia.
En la espera final no me queda la duda
que llegarás a tiempo, para morir conmigo.


Marco Antonio

miércoles, 24 de noviembre de 2010

HACE UN MANOJO DE AÑOS...


-No es fácil cumplir sesenta años -dije llenándome la boca con una sonrisa desbordante, como si apenas me importara, o como si lo hubiera dicho de compromiso.
El hombre me miró comprensivo, con una alegría rara bailándole en los ojos y enseguida me arrepentí de lanzar así nomás una frase que podía ser desafortunada: era obvio que él había traspasado esa frontera y también otras, pero... si quería saber de mí, si se consideraba apto para rastrear y encontrar con su estudio grafológico y su test seudocientífico las causas de mi neuralgia, se lo tenía que aguantar.

El caso es que me importa, y mucho. Lo digo en el papel, se lo digo al papel confiándole el asunto, aunque desde el último domingo, día en que inexorablemente metí adentro de mi vida las seis décadas, desde el momento mismo en que entré al dormitorio de mi madre y le di un abrazo apretadísimo felicitándola (tengo por regla felicitar siempre a la parturienta), algo como un triste alivio se asentó sobre mis alas, esas de volar sobre realidades y fantasías y que siempre están allí, de a ratos más raídas, de a ratos vigorosas como en los días de su estreno.

Ya tengo sesenta años. Ya he cruzado el puente y los tiempos de la plenitud han quedado del otro lado. Desde aquí los veo y les sonrío: siguen siendo míos aunque no estoy en ellos. Es otro el territorio en el que ahora habito, un territorio desapoderado de mediodías y de ambiciones,

No estoy triste. He cruzado. Todo parece igual y todo es diferente. No sólo la neuralgia, eh? Las cervicales empiezan a cobrar algún tributo y el chocolate no sólo engorda sino que trae colesterol. Y hasta versar me sale con un aroma a uvas venerables.

Hay cosas que ya no serán y casi no duele. Hay cosas que fueron y aún llevo en mí su fragancia inagotable. Vendrán otras necesarias, aunque ásperas. Y también quedan por lograr algunas gratitudes.

A caminar, entonces. Que la vida espera. Y ya tiene su carta. La mía.

Rafaela Pinto

martes, 23 de noviembre de 2010

MI CARTA


CARTA A LA VIDA V

Le temblaban las manos, apenas podía sostener el lápiz y su confusión era tal, que ya no podía distinguir si la causa era el Parkinson o el peso de los noventa años que acababa de cumplir. Toda una vida para recordar y sin embargo le había llegado el momento en que las imágenes no florecían con los colores de entonces, ni las épocas más preciadas marchaban una detrás de la otra para recordarlas en secuencias. Los rostros se confundían, las lágrimas no tenían sentido y las sonrisas, menos. No sabía si le importaba demasiado porque en este mundo no quedaba nadie con quien compartirlas.

Solo y olvidado, sentado en una silla de ruedas, miraba a través del ventanal en una esquina del salón de la residencia, sin ver nada. Le pareció que la vida ya no tenía sentido o quizás nunca lo tuvo. Se acercó lo más posible a la mesa y a duras penas apoyó el lápiz sobre el papel en blanco intentando escribir una carta, pero el resultado fue una serie de garabatos que sólo con esfuerzo e imaginación se podían leer. Comenzó con el título: Carta a la vida.

No es verdad todo lo que pienso, la fibra que me sostiene y el corazón que aún se esfuerza por latir me reclaman el derecho a sentarse a la mesa para debatir con la melancolía y el desasosiego. Es verdad que no lo recuerdo todo, pero sé, porque así lo intuyo, que algo tengo que agradecerle a la vida y gracias le doy por ser mi última compañera en este largo peregrinaje. Tengo razones inseguras que me hacen sospechar que alguna vez fui bueno, también malo y que otras veces dejé que pasaras sin levantar una mano para cambiar tu curso. Quiero creerme que el daño que causara en otros el egoísmo de mi autodeterminación no fuera irreparable y que mi remordimiento, aunque no sepa el por qué, sea genuino. Nunca podré borrar la sensación de ternura que dejan los besos que ya no tienen dueño, ni las visiones felices que aún oscilan en mi aura.
Sé que de ti, nadie se despide. Marchamos y eso es todo, pero al hacerlo, te dejaré el último aliento de mi cuerpo, la última sonrisa y la esperanza de que tu recorrido sea el espejo que refleja lo infinito que es el universo.


Marco Antonio

jueves, 4 de noviembre de 2010

APRENDIENDO A VIVIR EN SOLEDAD



Aprendiendo a vivir en soledad

Mi muy querida amiga
(....) , me muero Carricita, pero no estoy triste, pronto me reuniré con Dios. Tú tampoco lo estés. ( ....) Ama a Dios. Se feliz. Te quiero mucho.

Un grito animal salió de mi garganta.

- ¡¡Nooo!! No, no ,no, no es verdad.

Seguí gritando y empecé a sacudir la pantalla del ordenador, como si así esas palabras que me quemaban las entrañas pudieran desaparecer.

Volví a leer su carta como pude, pues las lágrimas apenas me lo permitían, quería cerciorarme de que su carta era real.

Me muero...mientes. No es verdad. No, no es verdad.
Se feliz...qué ironía. ¿Acaso se puede ser feliz sin amor? ¿Se puede ser feliz viviendo en penumbra?
Ama a Dios...¿cómo puedo amar a un ser que me quita mi vida?

Apagué el ordenador y empecé a deambular por la casa. No podía respirar, me asfixiaba. Todo me daba vueltas.
Necesitaba salir de ahí, escapar. Huir de ese dolor que me estaba matando. Huir de la soledad que amenazaba con envolver mi alma.

Cogí las llaves del coche.
Conducir, sentir la velocidad, escapar.
En cuanto salí del pueblo pisé el acelerador con rabia, 60...80....120, el límite era de 40 pero no me importaba, el coche volaba.

¡¡Piiiii!! el sonido estridente del pito de un coche contra el que iba a chocar, despertó mi sentido de supervivencia. Volví a mi carril y frené como pude.
Me eché a llorar sobre el volante. Si él me viera, él que amaba tanto la vida, me despreciaría por ser tan cobarde.

Se feliz, sus palabras resonaron en mi cerebro. Sólo conocía una manera de intentar ser feliz sin él.
Regresé a casa, encendí el ordenador y escribí:

Aprendiendo a vivir en soledad

Capítulo1.- Carta de despedida

Mi muy querida amiga.....


Natalia

martes, 2 de noviembre de 2010

ESCRITA CON LA TINTA DEL DOLOR


Veía el dolor reflejado en sus ojos cuando nos invitó a sentarnos, y me estremecí.

Ellos no eran dioses.
Habían hecho lo imposible. La niña había luchado, pero...la naturaleza impone sus propias reglas, y...no podía ser.

No me la llevaría a casa, no conocería a sus hermanos, no la vería sonreir...

Ya lo ponía el cartel de la entrada: está prohibido soñar.

Viana

miércoles, 27 de octubre de 2010

EL LADRÓN



EL TIEMPO


Siempre me quedo con la sensación de que en su vertiginoso paso, el tiempo me arrebata las experiencias vividas. Nunca alcanzo a esconderlas como testimonios a la razón de por qué existo. Es como un ladrón que nos va desgarrando las tripas. Su marcha inexorable deshilvana las hebras del futuro y con el parpadear de las horas, fibra a fibra desaparecemos arrastrados por las aspas de su magnifico reloj. A veces quedan los retazos entrañables de lo mal vivido conservado en la hiel amarga de la memoria.

Sabrás que los sentidos aborrecen en silencio el transcurso del tiempo. Lo aborrecen desesperadamente, no sólo porque es un ladrón, sino también por ser causante y cómplice del nunca jamás. El instante vivido se escapa antes de que te enteres de sus consecuencias. El ahora no es una realidad hasta que el tiempo te permita examinar sus irreversibles consecuencias; para entonces ya forma parte de tu pasado. Somos supervivientes del instante para vivir otro mañana sin entender si hemos asimilado del todo lo que pasó ayer.

Mis sentidos me dicen que existo porque la lluvia se desprende, me toca y descubro un cielo azul de alas azotando el espacio que se pierde tras los bordes de mis ojos. Entonces desde las profundidades de mis pulmones un olor a hierba húmeda me habla verde. Creo saber lo que soy, aunque el tiempo esté disolviendo mi presencia entre las aspas de ese reloj. Lo dado por lo vivido, pero en el contexto de tiempo, eso es todo lo que somos – ¿O no?


Marco Antonio

domingo, 17 de octubre de 2010


Una audiencia heterogénea. Ingleses, españoles, alemanes, franceses y algún que otro lunar étnico dispersado entre la nutrida mezcla de invitados. El joven Yago se acercó al podium y todas las miradas se posaron en él. Aprovechó el breve silencio para pasear su mirada de una mesa a otra hasta que finalmente se detuvo donde los novios. Sonrió para sí mismo y con gran cuidado desdobló la hoja de papel que sostenía entre sus manos. Dejó que sus ojos volvieran a recorrer el inmenso salón y sin más preámbulos, comenzó a leer:

MENSAJE PARA EL RESTO DE VUESTRAS VIDAS.

Hola…otra vez (sin traducir)

Bueno, por fin lo ha conseguido. Es joven, simpático, audaz, carismático y en estos momentos está viviendo el momento más importante de su vida. Sin duda, los años que tiene por delante representan su competición más emocionante y decisiva. Y no lo hará solo, sino junto a la persona destinada a acompañarle en esta aventura. Sí, lo ha conseguido, y debemos felicitarle. David Cameron es primer ministro de Inglaterra.

Ahora que ya he ganado la atención de, al menos, la mitad del público, dejadme que os cuente una pequeña historia. Una historia que comienza en un pequeño hotel de Glasgow a finales de los años noventa, cuando una estudiante ovetense de Administración de Empresas que pasaba un año de Erasmus en Londres está a punto de confesarle a su padre la noticia más importante de su vida. Los dos están desayunando tranquilamente cuando, de repente, de los ojos de la chica empiezan a brotar lágrimas que caen sobre el mantel de la mesa. El padre, sorprendido, interrumpe su desayuno y le pregunta qué le pasa. Ella, sin poder reprimirlo, libera su secreto: “Papi, estoy enamorada de un inglés”. Aquella fue la primera vez que el padre, médico cardiólogo, estuvo a punto de someterse a sí mismo a un masaje cardiaco para recuperarse de su propio infarto. Porque aquella noticia revelada entre llanto suponía mucho más que la entrada de un tío de otro país en la familia. Aquella noticia tenía más peso que el típico cotilleo familiar de “la niña se ha echado novio”. Aquella noticia hablaba de un amor que no estaba sellado con fecha de caducidad. Aquella noticia abría las ventanas a otra ciudad, a otro país, a otra vida. Y la chica lo sabía. Y el padre lo sabía. Y por eso ella lloró. Y por eso él decidió dejar el infarto para otro momento.

Han pasado ya doce años desde aquel atragantado desayuno de un hotel en Glasgow, y las cosas les han llevado a reunirnos a todos hoy en esta catedral. Nos alegramos de su boda, sobre todo, porque les conocemos, porque sabemos que se merecen el uno al otro. Sabemos que Susana es tan guapa por fuera como por dentro y sabemos que los músculos y la narizota de Ross son sólo la prolongación exterior de su gran corazón.

Como queda mal que hable bien de mi propia familia, dejadme que haga un poco de promoción de los fabricantes de este gran atleta, brillante trabajador y fiel súbdito de Su Majestad la Reina: los padres de Ross, Robert y Marylin. Les conocí en un restaurante de Twickenham cuando Ross y Susana ya llevaban varios años siendo la pareja de moda de Londres después de David y Victoria Beckham. Me parecieron encantadores: gente noble, sencilla y cariñosa. Según me contó Susana algunos días después, yo también les caí muy bien por usar varias veces en inglés la palabra “fucking”, lo cual no sé si dice bien o mal de mí, pero muy bien de ellos. Algunos años después conocí a Kay, la hermana pequeña de Ross, que está a la altura del resto de su familia en simpatía, y que espero sea mi maquilladora personal cuando llegue a presentar mi propio programa de televisión. Susana es muy afortunada de tener unos suegros y cuñada así, y nosotros, la parte española del contrato, debemos estar agradecidos por habernos topado con unos ingleses algo más normales que la Familia Real Británica.

Quiero felicitar a mi hermana y a mi nuevo hermano –nuevo oficialmente, por que le quiero como a un hermano desde hace muchos años- por el apasionante lío en el que se acaban de meter y porque a partir de ahora, más que nunca, se sentirán todavía más unidos por ese raro invento del amor cuando cada uno esté en Hong Kong, Líbano, China, Colombia o esos sitios tan raros a los que van a ganar mucho dinero.

Ross, te has metido en la canoa más sólida y bonita en la que hayas navegado, y no tengas ninguna duda de que, con la remera que te has agenciado, el río de vuestro matrimonio será mucho más emocionante que el descenso del Sella. Esta boda es el final de aquella noticia que brotó entre lágrimas de un hotel de Glasgow. Pero esta boda es también el principio de una larga lista de noticias con las que, en los años que están por venir, haréis que nos broten lágrimas de alegría a todos nosotros.

Felicidades a los dos y, como dirían los Monty Python: “A continuación, algo completamente diferente”.
(And now for something completely different”).

Muchas felicidades y disfrutad del río.


Publicación autorizada por Yago Gonzalez oct 2010

viernes, 1 de octubre de 2010

COSAS QUE LE DIJE...


Me regalas tu esencia deshojada de pétalos. Me llevas de la mano por un nuevo camino fuera del alcance de las espinas y cada nuevo día me redescubro aprendiendo a vivirte de mil maneras. ¡Qué estrecho es ese margen que separa mis huellas de las tuyas! Necesitaré el resto de mi vida para acostumbrarme a ésta indescifrable sensación de sentirte mía... en mí.


No pierdas el pasaje a mi espacio, ni el rumbo a la ventana entreabierta donde siempre espero al fantasma del crepúsculo. Ése instante mágico cuando se disuelve el tiempo y tú llegas cargada de recuerdos. Sé que eres una barca imaginaria que no contempla las distancias, que sólo intenta acurrucarse entre mis brazos para soñar aventuras con un verso de amor entre los labios.

Si alguna vez desperté en la confusión de las palabras, y tú ángel mío te apresuraste a cortarle el paso a la duda; te debo el resto de mi vida. Gracias por haber defendido mi necesidad de amar lo imposible.

Marco Antonio

sábado, 25 de septiembre de 2010

DESPUÉS DE DIEZ AÑOS




DESPUÉS DE DIEZ AÑOS...

Ni del agua clara ni del sol de occidente apartaré los ojos, porque son las estampas que me quedan para recordar que estás entre las cosas buenas de la vida. Para mí, siempre serás como el aroma del pan cocido al horno; vas despertando recuerdos de aquellos momentos que nos tocó vivir. Es la melancolía que se desprende de mis huesos la que incita a las alucinaciones. Es el mago que habita dentro de mi, el que entonces conjura visiones de la isla verde que se alejó de mi horizonte mientras yo lo perdía todo tratando de descifrar el arco iris que se esconde dentro de tus pupilas.

Me falta el vocabulario necesario para señalarte hasta donde te quiero. Ahora me dedico a inventar palabras para crear un nuevo lenguaje que te llegue al alma. Gracias por ser quien eres, por guardar lo mejor de ti para este momento. Gracias por arriesgarte en éste mano a mano con la vida. Sólo sé que siempre quedará la ternura de mil besos para mancharte el alma.

Marco Antonio

domingo, 12 de septiembre de 2010

COMIENZO


<< Octubre del 2000 En un vuelo de Iberia - Puerto Rico - Casa Blanca>>



He oído decir que el paso del tiempo es el mejor antídoto para calmar el torbellino de emociones como éste que ahora azota mi ser. Pronto llegaré a Casa Blanca y no sabré como esperar por el momento en que tú te desprendas de España porque el instinto te guía a esa tierra santa donde yo, por primera vez, podré abrazar y besar lo que siempre ha sido un sueño. Éste que ha dormido despierto por tanto tiempo entre las palabras dulces que se cruzaron sobre el océano. Ha pasado más de un año desde que te infiltraste en mi vida y si habláramos de milagros, pienso que éstos siempre deberían ocurrir de esta manera para que lo improbable se transforme en realidad. Hay un vínculo de amor que crece entre nosotros con la misma impredecible intensidad de un huracán.



Por el ovalo de mi ventanilla puedo ver el manto de estrellas que cubre la inmensidad de la noche, las nubes cabalgan el silencio como fantasmas disfrazados de filigranas color gris plomo. Entonces el recuerdo de tus palabras viene a socorrerme para que no me sienta solo y deshilo la ternura en ellas, palabra por palabra, porque necesito saberte mía para que el viaje no sea de distancias infinitas.

Necesito encajarte en el crepúsculo que comienza a oscurecer la bóveda del azul celeste para que seas mi faro de esperanzas, la luz de todo lo que queda por vivir. Necesito posar mis pies en el continente Africano de una vez para comenzar este reto del destino y gritar a los cuatro vientos, cuanto te quiero...



Marco Antonio

miércoles, 8 de septiembre de 2010

PREÁMBULO A LA TRAGEDIA


¿Quién es ése que se cruza en nuestro camino? Su aspecto no es necesariamente una prueba fehaciente que garantiza su estado emocional. Así no se puede precisar la estabilidad de una persona, aunque en el contacto fugaz y el breve examen visual, descubramos que en sus ojos lleva estampada la imagen de una tragedia personal.

Es un riesgo que confrontamos todos los días y bien sabemos que es una experiencia de la cual no podemos escapar. Compartimos la aventura con el desconocido, conscientes del peligro: No sabemos quién es ése que se acerca. Cada vez más nos sentimos vulnerables a la invasión de nuestro entorno personal, los mensajes alarmistas de los medios publicitarios ayudan mucho a fomentar esa intranquilidad. ¿En realidad, será necesario que nos atormenten con esos mensajes sensacionalístas?

Cada día los inestables pululan nuestra sociedad en mayor número y nos vamos dando cuenta de que no estaban tan aislados como pensábamos, más bien unidos en su demencia. Unos por algún descuido mórbido de la Madre Naturaleza, otros porque van fermentando el odio y la agresividad bajo el estandarte de un terrorismo ilógico y persistente. También se cruzan en nuestro camino los que asumen posturas de extremo salvajismo: los practicantes de la violencia doméstica. Sí, estamos al tanto de la catarsis emocional que da rienda suelta a la más cobarde y vergonzosa conducta en el ser humano: el abuso intencional y perverso hacia sus semejantes  y nos cagamos del miedo.

En este espacio de letras necesitamos confirmar que también existen seres como tú que se cruzarán en nuestro camino el día de mañana. Que descubriremos sin miedo, en ése breve cruce de miradas, quién eres y te alojaremos en nuestros corazones con la sonrisa sincera desprendiéndose de un rostro que inspira confianza. Será como un adagio de cordura, precursora al prodigio de ésa pasión que llevamos por dentro: Nuestro amor a la prosa y a la poesía.


Marco Antonio.

miércoles, 25 de agosto de 2010

CARTA A LA VIDA 2008






Minutos antes de celebrarse el enlace

Clara Méndez compartió sus sentimientos con los novios…



El amor no reconoce las distancias, tampoco los hábitos de las costumbres. Cuando el insondable miedo a lo desconocido nos embarga, ni siquiera en ese instante desfallece. El amor simplemente llega, se instala y desafiante en su inocencia lo abarca todo con una intensidad proporcional a su fragilidad.

Hoy hemos sido nosotros los escogidos para ser testigos de un evento que no se volverá a repetir. Somos el testimonio vívido del vínculo matrimonial entre estas dos personas, algo que quedará grabado en las pestañas del tiempo. Desde un principio fuimos cómplices, porque desde entonces acariciamos la ilusión de verlos juntos en un día como este y soñarnos parte de una ceremonia como esta, confabulados en el deseo de verlos felices, sea el tiempo azul de cielos o del gris que acompaña las tormentas.

Para estos dos el viaje comienza hoy, habrán otros momentos de plenitud y aunque sus rostros aún no reflejen la total realidad de lo que está sucediendo, el susto es delicioso, el sobresalto es uno de amor que los transformará en compañeros; en pareja para toda la vida; en amantes; en un todo el uno para el otro.



Enhorabuena. 

domingo, 22 de agosto de 2010

CARTA A LA VIDA 2001


A Puerto Rico desde España. Año 2001

Carta a un amigo que se lo tragó el olvido.


Antonio:

Acércate a España querido amigo e incrustaré una maja celestina en tus ganas de vivir. No temas por tu virilidad y acorta la distancia, yo me encargaré de quemar tu visión ensillándola a una gitana, una de esas diablas que por el placer de corromper tu espiritu fornicaría sobre el tablao en un “atrévete” de guitarra flamenca. ¡Pisa esta tierra noble varón, para que muerdas la tradición que nos ha hecho isleños y sientas hervir la sangre de tus pies en la cuenca de tus ojos! Abrázate a lo que resta de tu existencia y deja de lamerte las cicatrices de novillero. Hay una plaza de Sol en tu destino, ven a jugarte los testículos en un mano a mano con la vida aunque las tengas todas por perder. Ah… pero si ganas... si ganas, la piel de esa mujer te sabrá a miel y no quedará un solo secreto en tu boca que no haya escaldado la pasión. No encontrarás la brújula que te indique el camino de regreso, porque puedo jurarte que por el resto de tus días la vida la llevarás escrita en las cuentas de un rosario que en cada piedra guarda la memoria de una promesa de amor...


Con el cariño de siempre,



Marco Antonio 

sábado, 5 de junio de 2010

CARTA A LA VIDA 1999


Es mi hora de escribirte porque en el silencio mágico de la noche nunca faltan las palabras de amor. Están despiertas aún cuando dormimos. Rehúsan morir en un rincón del alma sin ser escuchadas.
Te escribo desde mi orilla del espacio que nos separa, desde este extremo del océano que alarga las horas de la espera. Cuando esta carta encuentre tus ojos, serán las palabras las que habrán cruzado el mar deshaciendo distancias. Entonces nada se interpondrá entre lo que quiero decirte y lo que añoras oír. Es el puente de amor conque lavo mí tiempo de cólera y busco el sosiego en el candor de tus pupilas.

Quedan las tardes de mi mundo de islas para llenar mi maleta imaginaria   con semillas de amor. Las llevo al mar con la esperanza de que alcancen la orilla donde se baña tu espuma.  Llegará el día en que cruzaré este océano para ir a tu encuentro de pétalos azules y por el resto de mi vida, no contará el tiempo.

Me ha tragado la tierra para que germinen nuevas raíces. Raíces de hombre con esperanzas. Se puede aprender a redescubrir la inocencia en un beso y la ternura en la sensibilidad de una promesa. ¡Qué será de mí! ... porque, sin querer, te quiero tanto.

Marco Antonio

martes, 1 de junio de 2010

CARTA A MÍ MISMO

Mayo 2010

A VECES HAY QUE GRITARLO…

No es tiempo el que me sobra para alargar la lengua y saborearlo todo. Su falta es lo que más añoro para poder seguir degustando de los colores del mundo, sus noches y sus días, las gotas de la lluvia, el olor a pan horneado, la risa de los niños y todo lo que se manifiesta a través de mis cinco sentidos. Me falta tiempo para entenderlo y asimilarlo todo, hasta para deshacerme de la carga emocional que vibra a mi alrededor. Siempre me desdobla. Quisiera estar convencido de que dentro de mí queda suficiente espacio para amar hasta el infinito, pero creo que no. Día a día, el tenaz y persistente contacto con la indiferencia tatuada en la piel de aquellos que me tocan no lo permite y me voy consumiendo en ese espacio saturado de artificialidad y desconfianza. A veces siento que soy mi peor enemigo, aplastado bajo el peso de mis propias contradicciones. Lo digo en voz alta como si no me importara, pero en verdad, me importa demasiado porque me causa un descarnado dolor en el alma. La verdad es que no acierto a ubicarme en éste rompecabezas de contradicciones. Sospecho que me apesta la vida, porque no se asemeja a mis sueños. He apagado los oídos para prestar mejor atención a mis fantasías y así he descubierto que el placer de vivir de sueños es más agradable que la puta realidad que perciben mis sentidos. Sé muy bien que estoy hablando así, porque en estos días murió una persona que nunca verá a su nieto crecer. Se marchó con la idea de que aún le quedaba mucho por vivir.

Marco Antonio