El saltimbanqui que llevo dentro se ha escapado de su refugio y ahora se aprovecha de las circunstancias para dar rienda suelta a su personalidad titiritesca. Somos un elemento integro de la Creación, el sofisticado componente de una receta de cocina diseñada a la perfección, pero cuando vamos cargados de años de vez en cuando nos fallan los controles precipitando un desbalance calamitoso en el impreciso momento cuando somos confrontados y todo parece venirse abajo.
Son circunstancias de las que nadie escapa y que todos experimentamos. Es natural que después de vivir bajo el bombardeo de las desgracias que salpican las cuatro esquinas del hemisferio nos sintamos mortificados y empiecen a escaparse esos saltimbanquis que controlan nuestra conducta y en particular, nuestra etiqueta.
No sabes cuánto me gustaría saber de tus saltimbanquis prófugos y los momentos embarazosos que te han hecho pasar cuando arrasan con tus buenos modales, tu sentido de la cordialidad, condescendencia y la soberbia sonrisa conque neutralizas las batallas campales. ¡Anda, atrévete!
Marco Antonio