Es ese constante tintinear de las estrellas el que sugiere que de algún modo todo pudiese estar relacionado con el drama de nuestra existencia. La vida misma no es más que un pestañear de luces que se encienden y se apagan en el breve espacio que habitamos en el tiempo. Somos como un destello de vida que eventualmente se esfuma revelando que nada es eterno.
Mi amigo del alma llora en la oscuridad que ha dejado la pérdida de uno de sus seres más queridos. El hermoso resplandor de una persona, su hermano mayor, cuyo tiempo se truncó a deshora. Un hombre que debería haber permanecido impartiendo su sabiduría y ejerciendo su profesión sin preocuparle el tiempo, pero llegó el momento en que todo el esplendor de su universo cedió el espacio que siempre fue suyo y su estrella oscureció. En algún momento todos confrontamos esa incomprensible secuencia cósmica que determina cuando un ser querido deja de acompañarnos en nuestra trayectoria, pero el aura de su tiempo fraguó con inquebrantable determinación su propósito herrando corazones con el temple de su sensibilidad y determinación para que aquellos que le conocieron continuaran compartiendo su visión.
Esas personas que nunca le olvidaran ni dejarán de amarle.
Marco Antonio
Un fuerte abrazo para tu amigo, querido Marco.
ResponderEliminarEntiendo de ese dolor y esa oscuridad.
Siempre me admira tu manera dulce e inapelable con que hablas del fin de la existencia.Al leerte he recordado unas palabras de Simone de Beauvoir, que hace ya muchísimos años me impactaron y recuerdo cada vez que una muerte me afecta o afecta a alguien que yo quiero. Decía Simone en un libro en que habla de la muerte de su madre, que -cualquiera sea la forma en que ha llegado o sus creencias- la muerte para el hombre siempre es un accidente, Y aun si la conoce y acepta, una violencia indebida.
ResponderEliminarY yo no puedo dejar de pensar cada vez, que es muy probable que la francesa haya tenido toda la razón.
Abrazo, emperador.
RAPHAELA
Muchísimas gracias Marco por tan bonito mensaje en tu Blog.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
NANO.
Gracias Marco !!! Solamente un hombre bueno puede escribir así de Macano. Muchas gracias y fuerte abrazo
ResponderEliminarJaime Antonio González Fernández
Querido Marco:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus preciosas palabras en relación con el fallecimiento de mi hermano. Que Dios te bendiga y te lo retribuya. Mi abrazo de siempre.
Carlos González
Sin conocer a el amigo que ha partido, con sencillas y bellas palabras lo has despedido. Nada mejor, nada más sincero, nada más noble. Un abrazo Marco!
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