LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

sábado, 24 de septiembre de 2011

DESENLACE IMPREDECIBLE


DESENLACES IMPREDECIBLES
(Segunda parte)
Cuando se desatan las pasiones incontrolables, perdemos la perspectiva y se crea una realidad que solo cumple un objetivo: el que queremos ver. Desde no muy lejos contemplo la vida de una familia cuyos puntales están a punto de desmoronarse. El desamor entró por la puerta, esa que todos mantenemos bien cerrada, y se pronunció como una sentencia cargada de desprecios y desconfianza.
Él la conoció en un viaje de placer en la costa del Mediterráneo y entre las sábanas de la nueva aventura, perdió el rumbo y el sentido de la responsabilidad. Todos entendemos algo de estas cosas que pasan en la vida, pero ¿quién se las explica al niño de ocho años que pregunta por qué su padre ha desaparecido? Su madre, tampoco lo entiende, porque hasta hace poco todo parecía un cuento de hadas donde la felicidad nunca termina. Sin embargo, ahora la vida para ella se ha convertido en una selva donde los caminos son todos inciertos y el intentar sobrevivir y perdonar es una panacea, porque bien sabe que va pisando en falso.
No es fácil desprenderse del amor cuando te entregaste de cuerpo y alma a un hombre que te prometió formar parte del resto de tu vida. No es fácil apagar la llama de un idilio cuyo fruto es la criatura que te mira con la pregunta en los ojos y para la que no hay respuesta. Ellos pertenecen a un mundo especial, un mundo desconocido para nosotros, el de los sordos, pero el más lastimado no lo es. Gracias a Dios el resto de nosotros, desde no muy lejos mantenemos los brazos abiertos para llenar los espacios grises que esta familia no puede satisfacer por causa de su incapacidad.
Pero el desenlace es injusto… porque la ausencia premeditada de su padre, ésa, nadie la puede reemplazar.

Marco Antonio

11 comentarios:

  1. Realmente etas cosas producen mi desagrado. Ya en anteriores respuestas dije que deploraba el engaño por el solo hecho de pasarla bien. Aquí es a costa de un niño. que ya adulto sabrá quien fue ese personaje llamado padre.
    La naturaleza humana por momentos me asquea, este es el caso. Nada más puedo decir de un señor ardiendo en el fuego de la estupidez que solo ha pensado en él y en su sexo.

    Sinceramente el hombre es una pieza poco aceptable en muchos casos, diría que hasta descartable. Cariños

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  2. Al igual que Susana deploro la infidelidad. Pero una vez consumada -y es muy fácil consumarla, teniendo en cuenta la debilidad humana, ya que muchas veces no se busca sino que se da la ocasión- ¿qué remedio hay? En este caso no parece sòlo una cuestión de sexo exclusivamente, ya que si así fuera el hombre no abandonaría a su esposa. ¿O es que fue conminado a hacerlo a raíz de la infidelidad? Si fuera esto, la esposa tiene tooodo el derecho del mundo, pero en alguna medida sería también ella hacedora de la situación. Si no es así, el abandono me hace presumir que el hombre está enamorado (aunque esté mal, hay que admitir lo irremediable de un sentimiento. En ese caso de nada valdría retenerlo: sería doloroso para el matrimonio y poco constructivo para el hijo. Sería bueno que, más allá del fracaso matrimonial, el hombre no olvidara su deber de padre y siguiera viendo a su hijo, y que la madre no pusiera obstáculos para ello. Con una buena actitud de ambos, que dé paz al niño y seguridad de ser amado por los dos, aceptará la nueva vida, nueva pero en la que seguirá teniendo madre y padre. Los adultos... que aprendan la lección. Que alguna lección seguramente se desprenderá de esto para cada uno. Un abrazo, Marco.

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  3. de acuerdo contigo amiga si es por amor-cosa de la que me permito dudar- como hombre cabal debe hacerse cargo de ese hijo y darle todo el amor que pueda. y la esposa, reiniciar su vida, migajas no jamás, lo terminado terminado está.
    conozco muchos Rafaela que vuelven con el 'pedido de clemencia, sinceramente no la concedería. Besos

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  4. Has relatado un fragmento de mi infancia, querido Marco. Yo tenía siete años.

    Besos.

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  5. Marco Antonio responde:
    Que tema tan difícil de responder. Que sabia eres Rafaela, has dado en el clavo. Se necesitan dos para formar una conspiración y en este caso una lo llevó a cabo abandonando sus responsabilidades como compañera, no como madre. Nada sabe ni le preocupa como se llevan las finanzas del hogar, su peso corporal el el doble de cuando tomó los votos del matrimonio, su intelento y capacidad de comunicación han mermado de manera alarmante. Por otro lado, comenzaré añadiendo que él es mucho más joven que ella, mucho más emprendedor y más inteligente. Hace algún tiempo que comenzó a desatar las cadenas de su nave de ese muelle, solo necesitaba la excusa:el de descubrir un nuevo puerto y así fue. Un nuevo mundo con una amplia gama de objetivos, atractiva y con la agresividad necesaria para comerse al mundo.

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  6. he allí el problema entonces, dudo que una pareja dure, siendo uno de los dos mucho más joven que el otro, allí está la cuestión mis queridos amigos. Por tu relato la mujer no se ve culpable de nada, más que ser ser más grande que él, y siempre es de dos, pero cuidado siempre hay uno que tira de la cuerda de forma inadecuada. un beso feliz domingo.

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  7. Yo que he vivido, la angustia de mis nietas, el desmonoramiento de un hogar, donde hoy hay psicologos infantiles,psiquiatras, y la soledad de mi hija luchando por llevar adelante dos adolescentes, se que es desastroso.
    Por eso quizas las tontas mujeres de antes, perdonabamos o mirabamos para otro lado, para conservar ese hogar para los hijos

    No se si esta bien o no, pero para mi es preferible.

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  8. anónimo no sé que responder, yo pertenezco a las tontas mujeres de antes, que he ¿ganado? que el amor con el tiempo se desgaste, se desluzca y como persona solo la tristeza de ver partir las ilusiones.

    Hay hogares en que la violencia es pan de cada día, en estos casos que es preferible seguir, mirar hacia otro lado o cortar. Querida amiga -así creo eres mujer- mirar para otro lado solo conservó matrimonios de utilería, que de nada sirven porque los hijos en definitiva se dan cuenta de todo. Tu hija debe ser el puntal de esos jóvenes y ellos comprender que es preferible la verdad antes que una piadosa y triste mentira. Cariños

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  9. Por lo que cuenta Marco, allí no hubo sólo una diferencia de edad, sino que el hombre era mucho más inteligente y emprendedor, mientras que la mujer mayor duplicó su peso durante los años del matrimonio, no se esmeró en aprender a manejar las finanzas del hogar y se volvió huraña (disminuyó su capacidad de comunicación, dice Marco). Desconozco las causas de todo eso, pero eran demasiados factores jugando a favor de una ruptura- Sólo faltaba el momento oportuno que se presentó con la mujer que enamoró al sujeto. En cuanto a si las mujeres que "perdonan" son tontas o no... primero tendriamos que ver si en este caso (o en cualquiera que analicemos) existe la posibilidad de "perdonar". A veces el otro levanta vuelo y ya no quiere más. Pero si la hay,el perdón tiene que ser de corazón. Hay muchos casos de mujeres que dijeron perdonar, pero guardaron siempre un sedimento de rencor (no niego que comprensible) que impidió reconstruir totalmente la relación. Y eso no sé si es bueno para los hijos, porque la mala onda se percibe aunque tengan a mami y papi en casa, y hasta puede dañarlos inconcientemente dificultándoles en el futuro la vida en pareja. Si se perdona hay que olvidar la afrenta como si nunca hubiera existido (para mí, reconozco, sería imposible). Y eso siempre fue muy dificil, tanto para las señoras de antes como para las de ahora.

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  10. Así es, Rafaela.

    El perdón, si no es sincero, envenena la relación y resulta muy dañina para los hijos.

    Un abrazo.

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  11. Marco Antonio comenta:
    Un fragmento de la vida que ha levantado el polvo de la indignación en un sector de los que por aquí gravitan. Concluyo mi participación con una reflexión: Si el instinto natural que atrae a los sexos no fuese tan potente en esos años de juventud es posible que la inmadurez no sucumbiera a las hormonas y nuestra elección de pareja se hiciera con un sentido más analítico protegido por la mezcla adecuada de inteligencia y cordura.

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