LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

sábado, 23 de julio de 2011

CARTA A LA VIDA XXI Natalia



Cuando el cielo se vuelve gris, y una espesa niebla cubre mis sentidos borrando todo rastro de sonrisas, desearía poder regresar a esos momentos felices de la infancia, en los que los insultos, empujones y desdenes, no llegaban a calar en mí, porque mi mamá, o “la seño”, desplegaba un enorme paraguas rojo que impedía que las gotas de la realidad me mojaran, provocando que enfermara. Regresar a esos besos y abrazos que calentaban mis manos frías cuando me sentía rechazada en los juegos del patio, debido a mi torpeza, o cuando me convertía en el patito feo, de cumpleaños y aniversarios.


En esos días en los que mi mejor amigo es el embozo de la sábana, y abrir los ojos a un nuevo amanecer, resulta la más dolorosa de las torturas, desearía poder girar las agujas del reloj en sentido inverso, y retornar a esos instantes de ingenuidad y ternura en los que lograba sumergirme en un mundo mágico de princesas de chocolate, ciempiés futbolistas y gominolas traviesas que juegan a detectives, y suspiran por su dulce amor.

Y poder construir ese paraguas rojo, para girarlo… girarlo… y girarlo, cual rueda mágica del tiempo, que me concediese el deseo de trasladarme a esos días felices de mi infancia; y allí, convertida en baldosa amarilla, recorrer, únicamente, el camino del arco iris.


Natalia

7 comentarios:

  1. Bello natalia y demostrando ese deseo infinito de volver a no sentir más que aquella felicidad. No es fácil , lo se, me ha llegado profundo tu carta.
    ¡Cariños!

    ResponderEliminar
  2. ¡Quién pudiera volver a la dulzura e inocencia, a la felicidad de la infancia! Mas, como las agujas solo giran hacia adelante, la única fórmula mágica para regresar al mundo de las princesas y las gominolas es la escritura. ¡Adelante!
    Mil besos.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, María Susana.
    Sí, anhelo mucho sentir aquella felicidad. Algunos días la rozo, como hoy, al sentirme acompañada.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Mi querida Mir
    ¡Qué alegría verte aquí!
    Sí, la escritura es un gran regalo que me llena de felicidad.

    Gracias!

    Mil besos.

    ResponderEliminar
  5. Marco Antonio dijo:
    Vivir sin los recuerdos es como nacer sin ombligo. Gracias a Dios por habernos reservado esa ruta nostálgica en la memoria, ese lugar donde los sueños siempre venían con sabores dulces y las madres con paraguas rojos. Un mensaje precioso mi querida amiga.

    ResponderEliminar
  6. Para eso han de servir los recuerdos: para cobijarnos. Luego, tras una siestecilla reparadora, hay que plegar el paraguas y seguir. Aunque, de vez en cuando, nos den en nuestro pecho descubierto.

    Besos, Natalia,

    Anabel

    ResponderEliminar