LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

jueves, 12 de diciembre de 2013

EL TIEMPO ARRASTRA CON TODO ...

Extraña es la única manera de explicar esta sensación que transmite el lápiz sobre la suave textura del papel carta esperando una decisión. Lo contemplo aprisionado entre mis dedos con la afilada punta del grafito reposando en un punto indefinido.

Esta pausa produce en mi subconsciente una transición en el tiempo que me transporta a otra época. Entonces, aún recuerdo, expresábamos nuestras ideas y sentimientos de esta única manera, utilizando papel y lápiz o una pluma. Era una emocionante sensación ver aparecer los inequívocos rasgos de las letras trazadas con un lápiz o en tinta al pulso de la pluma.

Aquellos que conocían la manera de escribir del redactor podían llevarse la impresión de su aparente estado de ánimo o quizás hasta algo del carácter y la personalidad que dominaba al sujeto en aquél instante de creatividad intentando cubrir una página en blanco. ¿Cuándo fue la última vez que empuñé un lápiz o una pluma para escribir una carta de amor, o de amistad? ¿En qué momento dejé de expresar con mano temblorosa mi dolor por la pérdida de un ser querido?

...Ella reconoció su estilo y el corazón se le vino a la boca. Las palabras de amor eran más dulces y las promesas más creíbles. Aquellos rasgos de toda la vida eran los mismos, el pulso ahora tembloroso por los estragos de los años no había perdido la convicción ni la firmeza de su carácter. Esta es su letra...

Primero nos fulminó la máquina de escribir, más tarde el ordenador y como todas las adicciones, la comodidad excusada por la eficiencia de la automatización, se abrió paso y se tragó el elemento humano.

Leer entre líneas e ir descubriendo en los trazos el verdadero propósito del escritor se ha ido diluyendo y está a punto de desaparecer. Así que de cierta manera, ya se ha plastificado la emoción de leer una carta escrita a mano; hoy en día casi nadie se atreve a intentarlo porque ni siquiera importa lo gratificante que podría ser recibir una carta cuyo estilo de escritura provocara tantas emociones.

Abandoné el lápiz sobre el papel en blanco y miré por la ventana, veo un inmenso cielo preñado de mañanas. Estoy por jurar que en otros cincuenta años se nos hará difícil escribir las letras, componer las palabras y firmar nuestros nombres.

MarcoAntonio

5 comentarios:

  1. Que tiempos aquellos amigo mío! estaba en mi blog y vi que habías escrito. Aquí me tienes leyendo algo tan real y bello a la vez. Recuerdo por ejemplo y aunque te parezca increíble, dado que ya tengo 65 años, conservo una de las tantas caras escrita por una de mis tías. Su letra legible exquisitamente dibujada en un papel carta ya amarillento, respondiendo a su sobrina- yo- que nunca dejaba de manda cartas a sus tías. La alegría de recibir en el buzón de las cartas, una, que nos llenaba de alegría. pero acabó, como dices la máquina de escribir fue primero y ahora la p.c.- Ya no tengo cartas manuscritas hace mucho tiempo. Caramba amigo mío me haces recordar tantas cosas, no sabes como lo agradezco. Un abrazo lleno de cariño!

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  2. Querida mía
    Somos dinosaurios en un mundo donde la tecnología dicta la pauta. Lo qur nunca se borra como un disco duro son nuestros recuerdos, la nostalgia de haber vivido un instante dulce.
    Cuidate mucho
    Marco Antonio

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  3. Si, el cartero, lo esperaba como se espera un dia de sol alli en mis veinte llenos de primavera y de amor.
    Me gustaba escribir cartas, me esmeraba en la letra, y ese reflejo quedo en escribir quizas a quien ya no pueda leernos, o como vos Marcos a la vida...
    Carmen

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  4. Es a nosotros, los que de la nostalgua se alimentan, los únicos que se atrevan a apartarse del ordenador, buscar un lápiz y un papel en blanco y escribirle a ese nadie que fue nuestro todo unas palabras íntimas
    Felicidades
    Marco Antonio

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