Estas cartas mías, pasaron a ser tuyas
con manchas de dolor en las denuncias.
No beses las palabras, la tinta ya está seca,
la letra no es refugio, ni la fuga secreta.
con manchas de dolor en las denuncias.
No beses las palabras, la tinta ya está seca,
la letra no es refugio, ni la fuga secreta.
Soy yo quien antoja la marcha, no la vida
burlando la demencia a tu adicción malversa.
Limpié el baúl de todos los disfraces
del carnaval de farsas, del despertar sin fuego.
Ya no quedan noches para prender luceros
que alumbren a tu pecho o alimenten tu ego.
La jarra de lágrimas se la bebió un fantasma.
Yo no duermo en tu cama ni comparto venenos.
Marco Antonio
Hace falta un coraje tan duro como el hueso
ResponderEliminartejido en soledades, para limpiar a fondo
el baúl que ha guardado por siglos los disfraces.
la piel de la mentira, los soles mal habidos.
Hace falta la noche trizada por las venas
y un hartazgo tan viejo como un viejo cansancio
y una pena caliente con su casa de lágrimas
asentada en la lengua.
Qué filo el de tu carta.
Raphaela
Hermoso, triste y profundo.
ResponderEliminarUn abrazo con el sol de mi isla.