Dejas una ventana abierta y las páginas del libro de tu vida corren borrosas arrastradas por el tiempo. Mirarnos al ombligo no es una buena costumbre, es algo que aprendimos en el principio cuando teníamos una eternidad por delante, ahora cada segundo hay que saborearlo y nos inclinamos por dejar nuestras huellas en todo lo que hacemos como testimonios de nuestra férrea voluntad.
Tenemos que besar más, abrazar como si quisiéramos dejar algo de nosotros en ese contacto tan personal, contar nuestros sueños y desvelar nuestras dudas a todos los que se han instalado en nuestro camino. Tenemos que vivir porque ése es el propósito y no hay otro, vivir para hacer constar de que formamos parte de un collar infinito cuyo comienzo ya olvidado nos define; entonces y ahora.
Sé que con la ventana abierta y estas páginas borrosas que se desdoblan, no es el momento para apreciarme el ombligo. En estos tiempos debemos enderezar la espina dorsal, esos que podemos, porque cada amanecer es un lujo que no se puede desperdiciar. Escribe una carta, un poema, una canción, acaricia a una persona mayor e invéntate un cuento que deje boquiabierto a un niño. Te aseguro que te sentirás inmenso de corazón y que las páginas de tu existencia irán tan cargadas de vivencias que el tiempo tendrá dificultad al pasarlas. Yo también te quiero. Marco Antonio
Tenemos que besar más, abrazar como si quisiéramos dejar algo de nosotros en ese contacto tan personal, contar nuestros sueños y desvelar nuestras dudas a todos los que se han instalado en nuestro camino. Tenemos que vivir porque ése es el propósito y no hay otro, vivir para hacer constar de que formamos parte de un collar infinito cuyo comienzo ya olvidado nos define; entonces y ahora.
Sé que con la ventana abierta y estas páginas borrosas que se desdoblan, no es el momento para apreciarme el ombligo. En estos tiempos debemos enderezar la espina dorsal, esos que podemos, porque cada amanecer es un lujo que no se puede desperdiciar. Escribe una carta, un poema, una canción, acaricia a una persona mayor e invéntate un cuento que deje boquiabierto a un niño. Te aseguro que te sentirás inmenso de corazón y que las páginas de tu existencia irán tan cargadas de vivencias que el tiempo tendrá dificultad al pasarlas. Yo también te quiero. Marco Antonio
Hermosa prosa, tierna dulce y con verdades inmensas. Es el momento de dar, todo lo que podamos dar, es verdad, ese abrazo que viene justo en el preciso momento en que alguien lo necesita. disfrutar de cada día porque no sabes cuántos podrás disfrutar. Si tienes un amigo o dos o cien amarlos, darles protección escucharlos aconsejarlos. Saber que la vida nos dio ya la madurez y la sapiencia , para ver las cosas con otro cristal. Me llegan tus letras mi muy querido Marco Antonio y sabes ¿por que?, porque yo, también te quiero y seguramente te querrán muchos, me pego al borde de tu mano para no perderme ese yo también te quiero, y tener una porción de él , en mi corazón. Abrazos. Sabes que extrañaba ya.
ResponderEliminarMarco responde:
ResponderEliminarDespués de vivir y madurar, la visión interior de nuestra razón de ser es más diafana y la importancia del que a mi lado vive no tiene superlativos. Tú, como todos los que hemos coincidido en esta hora y en este espacio somos amantes del entorno de una manera u otra. Quizás no sabemos expresarlo con exactitud, pero si entendemos cuanto necesitamos los unos de los otros y nunca dejamos de buscar hasta encontrarnos.
Muy bella y con una gran verdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Marco Responde:
ResponderEliminarGracias Natalia, creo que en algun momento todos llegamos a sentir estas inquietudes en nuestro interior. Un abrazo.
Si Marcos, tenes razon todos necesitamos dar todo lo que podemos,quizas para que el tiempo que nos queda, sea enriquecido y añorado por los que nos precedan y dejemos en ellos lo mejor de nosotros. Carmen
ResponderEliminarMarco responde:
ResponderEliminarQue tus palabras nunca mueran de cansancio. Que contagien, que penetren en todos los corazones y produzcan una conmoción permanente. Gracias Carmen
Así es Marco. Así se debe vivir. Siempre. Todos. No siempre se entiende, no todos lo entienden. Pero qué suerte que alguien como tú lo diga en voz alta (que es así como se "dice" cuando se escribe), que alguien como Susana lo "incorpore", que alguien como Natalia destaque la "verdad" de tu reflexiones, y que Carmen subraye la necesidad de llenar con cosas buenas ese tiempo que nos queda, para hacerlo rico, indeleble, trascendente. Gracias, querido amigo.
ResponderEliminarRaphaela
Mi queridisima Raphaela, mi arma blanca para penetrar en los intersticios de la consciencia es la palabra. Esa, que junto a la tuya,truena en la montaña e intenta huracanar el mar de las inconsistencias. Somos casi una especie rara a punto de extinguirse, pero aun tenemos alas. Un beso
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