EL AMOR LO ES TODO
Han ido desapareciendo sin que nadie se percatara de la ausencia. Ha sido algo así, como el que se da de baja de un programa sin dejar señales. Sencillamente deja de ser y lo olvidan como si nunca hubiera existido.
La sonrisa fue la primera en esfumarse. Un día miré con detenimiento a los rostros que se cruzaban en mi camino y descubrí que los labios iban más apretados que de costumbre, las fisuras eran más pronunciadas y las esquinas apuntaban hacia abajo. Hice un esfuerzo por encontrar un rostro sonriente y por fin, al final de mi trayectoria tropecé con una. El chico del panadero padecía de un trastorno emocional y siempre sonreía con la inocencia del que no comprende nada, pero al parecer, era feliz.
No pasó mucho tiempo hasta que comencé a percatarme de que era muy difícil encontrar personas que me miraran a los ojos. Todos parecían evitar el contacto visual y así fue como descubrí transitando por la vida que había perdido la capacidad de recordar el color de los ojos de mi vecina, el de su hermana o el de sus amigas. Llegó un momento cuando ya era tarde porque todos dejaron de mirarse y con la ausencia de la fisionomía facial, los rostros comenzaron a confundirse y olvidamos, sin darnos cuenta, las expresiones de alegría, sorpresa y enojo.
Ya casi nadie se abraza o se besa. Era algo común en otros tiempos, ahora ese contacto se considera demasiado abrasivo, demasiado personal. Pudiese, para muchos, implicar un nivel de intimidad que abre las puertas a la posibilidad de una confabulación a la aventura clandestina. Se besa y se abraza a los recién nacidos y a los octogenarios sin consecuencias sociales negativas.
En el tiempo en que vivimos, corremos otro grave peligro. La televisión amenaza con sumirnos en un silencio ancestral. El arte de la conversación pudiese estar en un proceso de extinción. Casi nadie de esta generación se entretiene en la sala de estar fomentando tertulias para intercambiar opiniones. La pantalla de la televisión hipnotiza, demanda toda nuestra atención, lo domina todo. Sólo el tiempo determinará cuando, por atrofia, perderemos el uso de las cuerdas vocales.
Cuando en el transcurso de unas cuantas décadas hagamos una pausa para examinar nuestros valores, descubriremos las ausencias, las aquí mencionadas y muchas más. Pero nuestra genética continuara reproduciéndose como en el principio y con ello la capacidad de amar a otro ser sin que importe cuan desfigurado esté el espacio donde entonces transite la vida.
El amor es el secreto inextricable e impredecible que decide por sí mismo, cuándo florecer y con quién. Completaremos el momentum que impulsa al péndulo de las circunstancias y entonces la arena regresará del mar como siempre ha sucedido, como ocurrirá con nuestros principios y valores a pesar de las extravagancias que experimentamos con la erosión del tiempo y la distorsión social que nos va dejando el fantasma de la evolución tecnológica.
El amor lo es todo.
Marco Antonio
Han ido desapareciendo sin que nadie se percatara de la ausencia. Ha sido algo así, como el que se da de baja de un programa sin dejar señales. Sencillamente deja de ser y lo olvidan como si nunca hubiera existido.
La sonrisa fue la primera en esfumarse. Un día miré con detenimiento a los rostros que se cruzaban en mi camino y descubrí que los labios iban más apretados que de costumbre, las fisuras eran más pronunciadas y las esquinas apuntaban hacia abajo. Hice un esfuerzo por encontrar un rostro sonriente y por fin, al final de mi trayectoria tropecé con una. El chico del panadero padecía de un trastorno emocional y siempre sonreía con la inocencia del que no comprende nada, pero al parecer, era feliz.
No pasó mucho tiempo hasta que comencé a percatarme de que era muy difícil encontrar personas que me miraran a los ojos. Todos parecían evitar el contacto visual y así fue como descubrí transitando por la vida que había perdido la capacidad de recordar el color de los ojos de mi vecina, el de su hermana o el de sus amigas. Llegó un momento cuando ya era tarde porque todos dejaron de mirarse y con la ausencia de la fisionomía facial, los rostros comenzaron a confundirse y olvidamos, sin darnos cuenta, las expresiones de alegría, sorpresa y enojo.
Ya casi nadie se abraza o se besa. Era algo común en otros tiempos, ahora ese contacto se considera demasiado abrasivo, demasiado personal. Pudiese, para muchos, implicar un nivel de intimidad que abre las puertas a la posibilidad de una confabulación a la aventura clandestina. Se besa y se abraza a los recién nacidos y a los octogenarios sin consecuencias sociales negativas.
En el tiempo en que vivimos, corremos otro grave peligro. La televisión amenaza con sumirnos en un silencio ancestral. El arte de la conversación pudiese estar en un proceso de extinción. Casi nadie de esta generación se entretiene en la sala de estar fomentando tertulias para intercambiar opiniones. La pantalla de la televisión hipnotiza, demanda toda nuestra atención, lo domina todo. Sólo el tiempo determinará cuando, por atrofia, perderemos el uso de las cuerdas vocales.
Cuando en el transcurso de unas cuantas décadas hagamos una pausa para examinar nuestros valores, descubriremos las ausencias, las aquí mencionadas y muchas más. Pero nuestra genética continuara reproduciéndose como en el principio y con ello la capacidad de amar a otro ser sin que importe cuan desfigurado esté el espacio donde entonces transite la vida.
El amor es el secreto inextricable e impredecible que decide por sí mismo, cuándo florecer y con quién. Completaremos el momentum que impulsa al péndulo de las circunstancias y entonces la arena regresará del mar como siempre ha sucedido, como ocurrirá con nuestros principios y valores a pesar de las extravagancias que experimentamos con la erosión del tiempo y la distorsión social que nos va dejando el fantasma de la evolución tecnológica.
El amor lo es todo.
Marco Antonio
y cuando no hay amor, lo único que nos queda es vivir en penumbra.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
"Si yo no tengo amor, yo nada soy Señor" Creo que es un salmo y más allá de contener una referencia religiosa me parece que tiene validez universal. No dar y recibir amor es la peor mutilación que puede experimentar el ser humano. Y tienes razón, Marco. El crecimiento del nro y funciones de los aparatos que han invadido la cotidianeidad nos aislan de los otros: tv, pc, fonos móviles, etc. Nos llevan justo a lo contrario que predicaba krishnamurti; estar en el aquí y en el ahora plenamente, con todos los sentidos, toda la mente, todo el espíritu. Que eso es vivir y no otra cosa. Ojalá haya un regreso a lo que debe ser, cuanto antes para que el daño no sea tanto y las cicatrices menos profundas. Abrazo oara ti y otro para Nati (¿Saben algo de Susana? Tiempo sin verla)
ResponderEliminarAquí estoy Rafaela, si bien me he alejado no dejo de leer cuando puedo los hermosos escritos de Marco. El conoce que tengo junto a una amiga querida un foro desde el años 2007 que dejamos un tiempo y retomamos en el 2008. El foro ha crecido y mucho. Gente que entra a escribir sus poemas sus prosas y eso genera que yo le dedique - el tiempo que mi vida cotidiana me permite- todo ese tiempo al foro.
ResponderEliminarEn face pongo cosas de mi foro Marco tiene enlaces hechos, o sea de cuepo y alma dedicado a este "hijo" que creamos y adoramos, le damos todo nuestro esfuerzo. He tenido aparteoperaciones de mi hijo y en una semana de mi marido.El tiempo es corto para muchas cosas, hasta he descuidado mis propios blog que quiero mucho y los hice con todo mi cariño, pero muchas veces descuido a mis seguidores por falta de tiempo.
Esa es la explicación de mi ausencia, hoy sábado me llegué a esta casita y leí lo de Marco. todo es real lo que dice, pero siempre hay que "darse el tiempo" para escuchar al otro. Tengo vecinos hermosos vivo en un hermoso pasillo hace 35 años, muchos han partido se ha renovado gente pero hay una amistad entre nosotros. Nunca dejo el amor y el cariño hacia alguien por un móvil o por la t.v. que ni miro ni por este aparatito que es en realidad el más me demanda, ya lo dije por el foro.
El regreso llegará Rafaela, inexorablemente llegará, nada dura eternamente, todo se renueva y lo que se renueve será mejor. Tengo fe en el amor, en la amistad verdadera, en la gente buena que aún camina por el mundo. Tengo fe en mi Dios, tengo fe en mis hijos y en todos los que quieran que esto cambie , pues el cambio está dentro de nosotros, de allí se empieza y se va hacia "afuera".
Marco aún tengo personas que me miran a los ojos, que se preocupan por mi estado por el de mi esposo, será que vivo en un lugar muy bonito , donde la locura aún no atrapó a la gente. Hay que saber mirar al otro también eso es fundamental. Las tertulias no podemos pedírsela quizás a los jóvenes de hoy, pero sabes algo , mi hijo mayor de 35 años, con su amigo del mismo pasillo con su mismo nombre y otros amigos se reúnen en casa de ese amigo a charlar ya tomar el ya conocido mate de mi Argentina.
Mi país tiene tremendos defectos ocasionados por sus temerarios gobernantes, pero en los barrios de mi Rosario aún se conservan virtudes de años, la colaboración y el cariño entre los vecinos nuevos y antiguos.
A la vida querido amigo hay tomarla de sus hombros y llevarla hacia donde nosotros deseamos. hacia el cariño el afecto la solidaridad ye el amor hacia tus cercanos y no tan cercanos. Un beso me extendí aquí estoy Gracias por tu preocupación Rafaela.
Un beso a todos buen año y la esperanza de que no nos convirtamos en autistas, sé que nunca será ese mi caso y el de muchos Cariños a todos !
No escribo para todos aunque es verdad que fuera alucinante si entre todos formáramos un lazo universal de comentarios y controversias. Me basta con los espejos de mi alma, aquellos que reflejan una actitud similar a la mía,aquellos que necesitan la presencia de otros para atreverse a aullar a la luna. Es una sensación extraordinariamente poderosa incitar un juego de palabras, una frase de amor, un sentimiento de camaradería.
ResponderEliminarMarco Antonio
¡Me alegra saber de vos, Su! Y que todo marcha bien por tu vida y tus cosas. Pasa mucho lo que dice Marco, si no fijate en el caso de las señoras que estuvieron muertas 5 meses en su depto. sin que nadie agotara medios para saber qué era de ellas. También pasa lo de tu pasillo. Y, por lo que puedo ver, pasa un cambio que no es bueno. Yo vivo en casa y en mi cuadra, en mi manzana, en mi barrio, los que hace muchos años que vivimos aquí (30 o más) nos conectamos muy bien y con mucho afecto. Pero los que van llegando se pliegan automáticamente a un modo de ser cordial pero distante. Cosas... de la vida y de los ambientes urbanos. Cariños... y buena poesía.
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