Hay quienes llegaron a amar ciegamente por estar en el momento preciso en el lugar predestinado. Hay otros que nunca llegaron a tener esa suerte, pero también quisieron con el alma y el instinto que controla nuestro génesis biológico. Aún así, quedaron muchos otros a quienes la naturaleza no les concedió esa capacidad, para ellos, el proceso de coexistencia les pareció desproporcionadamente lento, árido y agobiante.
El amor no parece ser parte de una fórmula que recorre nuestro ADN, no en todos los seres humanos. Algunos tenemos la suerte de cerrar los ojos al final de nuestras vidas llevando una imperceptible sonrisa en los labios, como si en ese instante recordáramos lo dulce que fue el recorrido en compañía de la persona que se cruzó en nuestro camino en el momento preciso y en el lugar predestinado.
Ser poseedor de la capacidad para amar, tener la valentía para entregarlo todo y vivir la sorpresa de cada día con quién elegimos para toda la vida, es la esencia de este viaje. El proceso de principio a fin no es un diseño anticipado, es una caja de Pandora. A veces un cielo azul, otras un turbulento mar que amenaza tragarse tus sueños.
Quien carece de estas cualidades, por lo general es un ser oscuro, porque sin la capacidad para amar no se puede ser dulce, ni sincero ni fiel. La infelicidad fermenta en aquellos que carecen de ella, se vive en un mundo que va marchitando, en una relación anímica que no soporta las dificultades y desnaturaliza los fundamentos a los que deberían aferrarse para sobrellevarla.
Si germina el amor dentro de ti, déjalo tomar forma, permite que comience o que continúe su tarea. Hay que intentar a toda costa hacer de la vida un triunfo, hay que encontrar el momento preciso en el lugar predestinado.
Marco Antonio
El amor no parece ser parte de una fórmula que recorre nuestro ADN, no en todos los seres humanos. Algunos tenemos la suerte de cerrar los ojos al final de nuestras vidas llevando una imperceptible sonrisa en los labios, como si en ese instante recordáramos lo dulce que fue el recorrido en compañía de la persona que se cruzó en nuestro camino en el momento preciso y en el lugar predestinado.
Ser poseedor de la capacidad para amar, tener la valentía para entregarlo todo y vivir la sorpresa de cada día con quién elegimos para toda la vida, es la esencia de este viaje. El proceso de principio a fin no es un diseño anticipado, es una caja de Pandora. A veces un cielo azul, otras un turbulento mar que amenaza tragarse tus sueños.
Quien carece de estas cualidades, por lo general es un ser oscuro, porque sin la capacidad para amar no se puede ser dulce, ni sincero ni fiel. La infelicidad fermenta en aquellos que carecen de ella, se vive en un mundo que va marchitando, en una relación anímica que no soporta las dificultades y desnaturaliza los fundamentos a los que deberían aferrarse para sobrellevarla.
Si germina el amor dentro de ti, déjalo tomar forma, permite que comience o que continúe su tarea. Hay que intentar a toda costa hacer de la vida un triunfo, hay que encontrar el momento preciso en el lugar predestinado.
Marco Antonio
Sin ninguna duda es así, pero no muchos son los que terminan el recorrido de su vida con la persona que alguna vez eligieron, ¿por qué? los motivos son múltiples y si la sinceridad impera en ellos quizás dicen adiós y comienzan de nuevo. Otros por múltiples motivos siguen esa vida no aman, pero si quieren y saben que esa persona estará a su lado hasta el fin. El amor es siempre indispensable para una vida plena los que lo han encontrado y aún después de 40 años de convivencia sigue incólume son dignos de mi admiración. Muchos otros han quedado en el camino y el amor a mutado hacia otro amor.
ResponderEliminarAquí lo importante es amar, no importa la forma, el lugar y las limitaciones. El amor ese AMOR con mayúsculas puede mucho más que todo. como siempre amigo mi mano extendida y mi cariño.
Esta vez no puedo coincidir contigo en casi nada, emperador. Por cierto que haber encontrado el amor correspondido, crecer y madurar y aun envejecer con ese amor es algo absolutamente deseable. Pero la vida no se presenta así de llana para todos. A veces se suceden los desencuentros, otras se encuentra el amor grande pero dura muy poco. Y aun así vale la pena. ¿El no tener ese amor es siempre incapacidad de amar? Claro que no. ¿Y no haber encontrado el amor con mayúsculas es siempre factor de una infelicidad que nos hace marchitar? Claro que no. Se vive como se puede. Y la mejor manera es gozar en cada momento de lo que se tiene. Tener proyectos, deseos, objetivos. Aun cuando no se tenga ese amor. Porque nunca se lo encontró. Porque se lo encontró y murió hace mucho o hace poco, qué importa? Porque existió y fue fuerte pero luego se desvaneció como si fuera de arena. Y no por eso tenemos que ser amargos, ni marchitarnos. Podemos vivificarnos dándonos a los miles de proyectos que un ser humano puede pergeñar. E irnos de este mundo con la imperceptible sonrisa del que simplemente ha vivido.
ResponderEliminarDe acuerdo con Rafaela, amar es amar la vida, los proyectos, los amigos, aun las cosas que nos acompañan todos los dias como los libros, los recuerdos, tantas cosas y se puede ser feliz y plenos,si no se encuentra la pareja que nos hiciera felices, si de acuerdo, se vive como se puede pero siempre con mucho a mor a la vida.carmen passano
ResponderEliminarSe ama al amigo, al compañero, a los hijos si los tienes, a la maturaleza. Todo ese amor si lo sientes generosamente, y lo das, te produce felicidad.
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo con Marco. Una carta excelente.
Un abrazo.
nati, me parece magnífico que concuerdes con Marco, pero si mi capacidad de comprensión no se ha visto afectada por la edad, Marco no habla del amor "universal" sino del amor de pareja. Habla del amor a "la persona que se cruzó en nuestro camino", en clara -para mí- alusión a la pareja humana. Nada de hijos, ni de árboles ni de vecinos. Incluso habla de la suerte de cerrar los ojos recordando el camino compartido. No me parece mal, ni criticable ni nada de eso. Sólo que no para mí el mensaje es claro y con ese mensaje, no concuerdo. Menos concuerdo con aquello de que quien no es feliz se marchita, no es dulce, es oscuro, etc. Es interesante lo que dice Zamacois, a quien una vez le preguntaron si había sido feliz (a sus 90 mas o menos) y él respondió: es muy difícil siendo inteligente. O Krishnamurti, a quien cuando le preguntaron lo mismo respondió que no lo había pensado pero que si se ponía a pensarlo seguramente concluiría que era muy infeliz. Puntos de vista. Jesús (el de Nazareth) enseña que debemos tener la alegría de ser hijos de Dios. Sencillamente eso. La filialidad. Aunque "vengan degollando". Es decir, aunque no tengas pareja, ni hijos, ni casa ni salud. Y eso me recuerda a Santa Teresa: Sólo Dios basta. Ya ves. Puntos de vista. Pero el de Marco, al menos el que explicita en su texto, muy respetable por cierto, es el del amor de pareja. Se puede coincidiir, como tú. O no, como yo. Un abrazo, nati.
ResponderEliminarMarco Antonio se atreve:
ResponderEliminarEs fascinante caminar al borde del precipicio después de provocar la maravillosa y conflictiva reacción que produce esta paradoja emocional de sentimientos. Siempre ha sido nuestro propósito atizar el fuego de la individualidad para crear la contienda de opiniones opuestas. Gracias mis muy apreciadas señoras.
Rafaela, aunque no del todo satisfecha con mi razonamiento, se acerca peligrosamente a la médula de la reflexión. No quise ir más allá de los sentimientos íntimos que crea ese catalítico misterioso que produce la dulce y desesperada sensación de amar. No cito ni predico lo ya edificado por otros de mayor envergadura. Es mi sentimiento personal que el tiempo y las experiencias personales, como si de una figura de barro se tratara, han ido cambiando. El drama emocional en su constante dinámica se desfigura y se va transformando en algo que pierde y a la vez gana. Yo lo llamo madurez.
exacto
ResponderEliminaraunque sigo afirmando lo que respondí anteriormente, vuelvo a reptir nadie es dueño de la verdad jamás un gusto
ResponderEliminar