LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

sábado, 9 de julio de 2011

INSTINTO NATURAL




Las ganas de querer, de abrazar y de besar las llevamos todos entrelazadas en la genética que nos clasifica, por eso somos quienes somos. Sería un verdadero desastre tomar la iniciativa y hacerlo de manera espontanea sin considerar las implicaciones que tales actos producirían en nuestra estructura social. Estamos acondicionados a vivir atemorizados; mejor dicho, aterrorizados de nuestros instintos naturales. Es como si al dejarnos llevar por nuestros reflejos ancestrales cometiéramos un acto de impunidad, algo que nos haría sentir culpable e impotentes. ¿Cómo permitir que la genética se apodere de nuestros sentidos y nos impulse a cometer actos sublimes como amar, besar y preocuparse por nuestros semejantes? Lo normal es que nos sintamos desnudos, expuestos y que los ojos del mundo nos flagelen, nos apedreen y nos subyuguen. Lo normal es que regresemos a la mediocridad, al reino del miedo, a la sombra de lo convencional.
No vamos por el mundo felices porque nos sentimos bien acompañados por la prole a la que pertenecemos, hace tiempo que dejamos de sonreír a los desconocidos y transitamos por las calles de nuestra ciudad con las esquinas de los labios apuntando hacia abajo en armonía con la desconfianza que nos provoca el que se cruza en nuestro camino. No somos muchos los que comienzan su trayectoria cotidiana diciendo: ¡Buenos días! Con una sonrisa radiante si nos encontramos con un desconocido en la panadería o en la parada del autobús.
Hoy recibí la llamada de un compañero de mi taller de literatura al que nunca califiqué como amigo cercano porque no me esforcé en intentarlo. Me llamó con la valentía de un ser extraterrestre para decirme que me quiere, que me extraña y que ya iba siendo la hora de tomar un café y conversar. Nos gusta escribir y esa cualidad nos une, nos gusta hablar y esa destreza nos abre puertas que de otra manera hubiesen quedado cerradas. Voy a abonar la tierra y sembrar amigos como éste para poblar mi vida y perder el miedo a los que aún me quedan por conocer, porque en verdad, no se puede desperdiciar el tiempo.
Qué fácil es engordar el ego con los defectos ajenos. No será el colesterol el que nos mande al otro mundo, nos iremos intoxicados por la envidia, la lujuria y el miedo. Nos iremos con las fisuras de los labios apuntando hacia abajo.

Marco Antonio

2 comentarios:

  1. Y te llamó ese amigo y te dijo "te extraño" sabes lo que eso significa, tienes algo maravilloso que te acompaña, la amistad , el reencuentro con quien quizás no supiste ver.
    Yo he encontrado un amigo, un amigo que quizás jamás pueda ver, con el que jamás pueda tomar un café, charlar sobre la vida, más tengo algo dentro mío atesoro el cariño, lo alimento le doy vida y me veo sentada frente a ese amigo hablando de mi vida de la suya de mis sueños y los suyos.
    Tengo amigos de la vida, del mi barrio, aún aquí en mi ciudad saludamos con una sonrisa, franca y abierta nos paramos a conversar con el vecino, aún somos "personas " no robots que solo miran hacia abajo, quizás lo terminaremos siendo es la vida, esta vida que se llevo de 25 tiros a un mensajero de la paz instituido por la UNESCO. Hoy la violencia volvió a cobrarse otra vida más. En tierra extraña dejó su sangre Facundo Cabral cuya canción fue escuchada en muchos países y traducida a varios idiomas.
    Mi querido Marco, ve y toma el café con ese amigo, quizás él se sienta solo, se sienta con la necesidad de compartir. Porque la vida mi querido amigo no vale nada en este mundo en que vivimos, porque se va como una brisa, como un relámpago como un suspiro. Yo aprovecharé a mi amigo , ese lejano que jamás podré conocer pero que a través de sus letras he llegado a darme cuenta que quizás no sea necesario esta frente a él tomando un café.
    Pido disculpas por poner lo de Facundo Cabral
    pero mi corazón y el de todos los Argentinos hoy sangra de impotencia. Un beso mi querido Marco Antonio

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  2. Tu dolor es mi dolor, tu drama es mi drama, tu grito se confunde con el mío. Somos hojas del mismo árbol, latidos del mismo corazón y tus pies caminan sobre la misma tierra que nos vio nacer. Sé que no estamos solos, que somos muchos los que nos alimentamos de la esperanza, esa a donde nuestros brazos no llegarán. Tú eres luz, un pedazo del sol, la claridad que escasea en este mundo. Abre una ventana y déjate saber.
    Te quiero mucho

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