LO QUE SIEMPRE HEMOS QUERIDO DECIR, PERO HASTA AHORA NUNCA NOS ATREVIMOS

jueves, 2 de diciembre de 2010

QUIERO CREER EN TÍ




Hoy cayeron los primeros copos de nieve en Oviedo y los que golpearon en mi ventana se convirtieron en lágrimas; entonces pensé en ti. Siempre has estado ahí, pero no siempre has compartido la soledad ni la tristeza que tan mal repartidas van por el mundo. Si pudiera descubrir tus secretos, sabría cómo llevarte mejor y cómo burlar tu crueldad. Sin lugar a dudas, repartiría con ecuanimidad la riqueza y la buenaventura que tan malamente vas dispensando al demoledor paso conque disuelves las horas, los días y los años.
¿Por qué no se puede respirar la felicidad, ni la serenidad encuentra alojamiento dentro de nuestras almas? Todos quisiéramos comprender mejor las desgracias que nos adjudicas. Si verdaderamente somos la única razón y tú el único camino, entonces careces de sensibilidad y eres imperfecta. Aún así, quiero amarte, es necesario, si no: ¿Cuál es el propósito de esta aventura?
Convierte éstas lágrimas que ahora ruedan por el cristal de mi ventana en estrellitas de luz y en esperanzas. Déjame continuar siendo parte del milagro que puebla nuestro universo y haz que en mi corazón germine la fe; sí, la fe que necesito para creer en ti, pero para creer ciegamente. Así nunca más me enfermará la duda y aquellos que me rodean me harán digno de esta comunión entre los seres de buena voluntad.

Marco Antonio

2 comentarios:

  1. Te superas, querido Marco.

    Adoro ver nevar. para mí los copos de nieve son esas estrellitas de luz y esperanzas que pides.
    Quizá no lo sepas aún, pero tus bellos deseos se hacen realidad.

    Un abrazo muy fuerte.

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  2. Dicen que la felicidad y la paz no moran en las almas hasta que ellas se funden con Dios. Que esa inquietud, ese desasosiego interior que muy poquitas veces nos abandona -sólo en esos instantes de euforia, de exultación- indican nuestra incompletividad. Que solamente estamos "completos" cuando estamos en Él. No es fácil de aceptar así como así, ni siquiera para los que somos creyentes. Pero el hecho de que pasan los años y aún proponiéndomelo fuertemente, aún empeñada en liberarme de todo lo superfluo, adjudicándole ese carácter a más cosas con el paso del tiempo, despojada y minimal, sigo así: sin esa plenitud tan ansiada, sin esa "mirada" toda serenidad que quisiera tener frente a la vida, sus hechos y circunstancias. Y al fin pienso si no será verdad que esa paz, esa felicidad, sólo se conseguirá el día del regreso.

    Beso enorme, emperador.

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